Michael frunció el ceño al oir a Erin, no quería salir de casa, menos ir a la empresa, pero le había prometido a Igor que se sometería a algunas exigencias de su padre para que este no presionara por el lado de Nathan o buscara a otra víctima más con la cuál poder manejarlo a su antojo.
-Está bien, iré.
¿Ya regresó mamá?
-Volverá mañana, para la junta.
-De acuerdo.
No quiero ir, quiero dejar eso muy claro Erin.
-Lo sé y te entiendo, pero no hay nada que pueda hacer, sigamos el plan de Igor, tal vez él pueda lograr lo que nosotros no podemos.
-Ay...
-Y por favor, limpia este desastre Michael.
-… Ya vete quieres, quiero y necesito estar solo.
-Está bien, te veré mañana.
Erin se marchó del departamento y Michael se tiró en el sofá, su departamento era un desastre total, ropa por todos lados, botellas de cerveza, nunca había vivido con tanta desorganización y desorden en su vida como en estos momentos.
Cerró los ojos y las lágrimas comenzaron a brotar.
-Sofía... Te extraño tanto princesa.