Eliss y yo nos quedamos en silencio, parece que Michael era más cruel de lo que imaginamos, yo podía ser cruel con cualquiera pero jamás con mis hijos.
-Hanna.
Las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de ambas.
-Creo que este es un momento privado y debería dejarlas solas.
-No hace falta, ya he dicho todo lo que tenía que decir.
-Yo no, pero no me molesta que estés presente, Hanna, perdóname si alguna vez te hice sentir que no me importabas, que no te quería o que no eras suficiente para mí.
Fui una estúpida al permitir que Michael me alejara sólo porque no eras mi hija... Yo.
-Lo sé, sé que te prohibía corregirme y te amenazaba si lo hacías, siempre lo supe, no te guardo rencor.
-Hanna yo.
Te amo hija, eres mi hija aunque muchas veces quise reprenderte...
-Debiste hacerlo, sé que era y soy odiosa, no es tu culpa, así soy.
-Ven, dame un abrazo.
Ambas se abrazaron y lloraron juntas, preferí salirme, era demasiado para mí.
Caminé hacia mi habitación cuan