Partimos a la oficina en el auto de Nathan.
Esta era la primera vez desde que teníamos sexo que yo había permitido que Nathan fuera más atento y cariñoso conmigo, me sentía especialmente apreciada y cuidada por un hombre que estaba siendo honesto conmigo.
Quería sexo y nada más. Sin presiones, sin compromisos.
Mientras él conducía y yo pensaba en mil cosas diferentes mi teléfono sonó.
Salí de mis pensamientos y respondí.
*
-Bueno...
-Alicia... Soy yo, Keneth.
Escuchar esa voz y ese nombre me arruinaron mi mañana, tengo una historia con Keneth que algún día les contaré.
-¿Alicia estás ahí?
-¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué me llamas?
-Estoy en la ciudad y quisiera verte, hablar contigo.
-Muchas gracias, pero estoy muy bien ahora y voy camino al trabajo.
No pienso desperdiciar mi valioso tiempo y arruinar mi día reuniéndome contigo.
-Podemos vernos cerca de tu oficina.
-¡Ya dije que no!
-Vamos Alicia. ¿Te duelo tanto que ni siquiera te atreves a reunirte conmigo?
Me tensé y me di cuenta