Mis palabras debieron dolerle al bastardo este, vi como su rostro se deformaba ante mi declaración, jamás me casaría con uno de sus hijos, no eran malos, pero después de ver lo que sucedió con Sofía, era obvio que estar con cualquiera de ellos implicaba cumplir los deseos de aquel hombre, además, hace unos años yo... Y me había sentido atraída por Michael y era un hombre prohibido para mí, ahora sólo lo veía como a un hermano.
Pensar en Harry. El más blando de ellos y además él mayor.
¿Qué pensaba este hombre? ¿Estaba demente?
-Le agradezco su honestidad, pero como le dije, eso fue antes. Ahora tengo otros planes para usted y por supuesto para Harry.
-Ja, pues buena suerte buscando una mujer que quiera casarse con una nenita como su hijo.
¡PAZ!
Me abofeteó, no soportó escuchar cómo me refería a su hijo, pero qué esperaba, no había alguien en esa familia más falto de carácter que Harry Adams. Aunque, tal vez merecía la bofetada, ningún padre soporta que hablen mal de su hijo, de todas