Michael no podía creer lo que escuchaba, así que tuvo que repetir la pregunta.
-¿Qué? Pero... ¿De qué estás hablando Nana? Esta propiedad es mía, mi padre no puede hacer eso.
Frunció el ceño molesto y desencajado.
-¿Qué demonios está planeando? ¿Asustarme? ¿Asustar a Sofía? ¿A mis empleados?
-Es muy probable niño, sin embargo, no me quedé con las manos cruzadas, en cuánto dijo que debíamos desalojar la propiedad le informé que usted no se encontraba y no podía darse por enterado si no se encontraba en casa, así que mientras él y yo discutimos si nos marchábamos o no de la propiedad, di la orden a uno de los empleados para que llamara al niño Nathan.
Cuando el llegó el rostro arrogante de su padre cambió, aunque lo aborrece, se nota que siente recelo por lo que sucedió antes, no se atrevió a atacarlo físicamente, hablaron por unos minutos y aunque su padre gritó que los haría comer lodo y suplicar, el niño Nathan no cedió ni se acobardó. En fin...
Después de que su padre se marchara el