Michael intentaba convencer al oficial, pero por más que insistía el hombre no cedía.

-Oficial por favor, se lo suplico yo me haré responsable de lo que pueda pasarme.

-Lo siento señor...

-Escuche, mi nombre es Michael Adams y son CEO de la empresa encargada de construir aviones, la más importante en este país. ¿Está seguro de que no me va a dejar pasar?

Los ojos del hombre se abrieron de par en par. La verdad era que Michael si tenía el aspecto de alguien así, meterse con alguien de su estatus no eta buena idea pero su trabajo era más importante, si lo despedían asumiría las consecuencias, pero no cargaría con la muerte de un hombre imprudente, además siendo un poco prejuicioso suponía que lo que Michael tenía en esa cabaña era algún juguetito que sólo los millonarios se pueden permitir pero nada que fuera tan importante como para arriesgar la vida.

-Lo lamento señor.

Negó con la cabeza el guardia civil.

-Pero no puedo dejarlo pasar, entienda que es mi trabajo cuidar de la seguridad