Mientras las dudas y la desconfianza comenzaban a hacerse un espacio en la cabeza de Michael, Sofía subía con el té listo. Él ni siquiera se había quitado la ropa, al entrar lo vio sentado meditabundo y sintió pena por él, fingió estar molesta e hizo un mohín con la boca.
-Aquí está el té, ni siquiera te has quitado la ropa.
Vamos, tómalo antes de que se enfríe. Yo te ayudaré a quitarte la ropa.
-...
-Michael, se que ese sueño te perturbó, pero de verdad no tienes nada de qué preocuparte, yo no voy a abandonarte.
Mientras él la miraba con dudas ella lo miraba con ternura, comenzó a quitarle la ropa, empezando por los tenis y finalizando con las bermudas. Al verlo casi desnudo una sonrisa pícara asomó en su rostro. Su abdomen, su pecho, sus piernas, todo su cuerpo estaba perfectamente esculpido y le invitaba a probarlo, tragó saliva un momento y mientras el hombre bebía su té comenzó a quitarle los bóxers. Miró hacia arriba para ver la expresión de su esposo que pronto cambió a una de