-Lo lamento Sofía. Es sólo que yo... Me sentí un poco celoso al saber que soñabas con tu ex.-¿Sólo un poco? Te expliqué el sueño e incluso te dije que lloraba porque no eras tú en ese sueño y ¿aún así te pusiste celoso?-Sí. -Eres un tonto. Yo sólo te quiero a ti.(Cuando sepas toda la verdad no creo que vayas a decir lo mismo.)-Bebe tu té y olvidemos lo que pasó ¿si?-Está bien. Pero no dudes de mi Michael.Después de que Sofía bebiera su té la pareja se recostó y volvió a quedarse dormida, esta vez Sofía ya no soñó nada, sin embargo, la víctima de las pesadillas ahora sería Michael.-Mi amor, despierta. Tu padre llamó, vendrá a visitarnos hoy junto a tus hermanos, tenemos que levantarnos.-Mmm, tengo mucho sueño Sofía. Hay que llamarles y decirles que no vengan, me siento cansado. Anoche el sexo estuvo muy intenso, necesito reponer energías.-Ja. Eso es culpa tuya, todo el tiempo quieres estar pegado a mí.-Es natural, somos esposos.-Voy a bajar y pediré a Nana que llame a tus p
-¿Michael qué hiciste?Preguntó Sofía preocupada. Todos los ingresos de Michael provenían de su trabajo en la empresa de la familia y de la mensualidad que su padre destinaba a cada uno de sus hijos, ahora sin el apoyo de su padre y sin trabajo sería complicado para la pareja mantener el estilo de vida que llevaban que si bien no era de excesos y lujos tendrían que empezar a prescindir de algunas cosas, por ejemplo de los empleados.Sofía se angustió por la situación y comenzó a caminar de un lado a otro haciendo muchas preguntas que abrumaron al hombre.-¿Qué vamos a hacer ahora?¿De qué vamos a vivir?Yo no tengo un trabajo y tú acabas de quedarte sin el tuyo.Esta casa es de tu padre ¿Tendremos que dejarla?¿A dónde iremos ahora?Yo no tengo familia ni nadie que me apoye. Jamás he trabajado en mi vida. ¿Qué voy a hacer?Frotándose las sienes intentó calmar a su esposa aunque él estaba haciéndose las mismas preguntas que ella.-Sofía cálmate amor.Vamos a arreglarlo ¿de acuerdo?Bu
-Pero, ¿qué estás diciendo?Sofía, cómo puedes hablar así.-¿Cómo?Ya te lo dije, yo no me casé para vivir en la miseria, debí casarme con Justin la primera vez, aunque en ese momento no tenía mucho míralo ahora, heredó la empresa de su padre y nadie puede tocarlo, en lugar de eso estoy aquí contigo mientras me insultan y ahora a punto de quedar en la miseria.-Pero, Sofía... ¿Por qué dices eso?Tú no eres así.-Claro que sí, que tú no quisieras verlo antes no es mi culpa, esta soy yo, esta siempre he sido yo.Después de escuchar todas las cosas que salían de la boca de Sofía, Michael quería morirse. Su esposa la que más amaba estaba renegando de él y de su matrimonio, además insistía en que Justin era un mejor candidato y se mostraba arrepentida de casarse con él, era tan ambiciosa y materialista que incluso estaba dispuesta a hacer que él se humillara ante su familia sólo por recuperar todos sus bienes.-Esta no es la Sofía con la que me casé, no puede ser. Mi Sofía es dulce. ¿Qué f
¡Sofía!Un grito desgarrador salió de su boca, era demasiado tarde, Sofía se había marchado, lo había abandonado. Se le había hecho tan fácil renunciar a él sólo por dinero, esto rompió el corazón del hombre que no hizo nada más que tirarse al césped y llorar como un niño desconsolado, a sus ojos lo había perdido todo y no podría recuperar nada, aunque su padre le devolviera su cargo de CEO ya no le importaba nada, había perdido lo más importante, había perdido a su esposa. Una esposa terriblemente ambiciosa que ni siquiera él conocía bien, pero en este momento no tenía cabeza para darse cuenta de eso, Sofía no era muy diferente de Ashley, más tarde cuando estuviera más tranquilo tendría tiempo de meditar eso.Después de unos minutos que para él parecieron horas, abrió los ojos y la luz del sol le dio directo a la cara así que no podía ver con claridad. Una silueta estaba parada frente a él y lo llamaba por su nombre y otras palabras cariñosas.-Michael, Michael.Amor. Mi amor.Michae
Mientras las dudas y la desconfianza comenzaban a hacerse un espacio en la cabeza de Michael, Sofía subía con el té listo. Él ni siquiera se había quitado la ropa, al entrar lo vio sentado meditabundo y sintió pena por él, fingió estar molesta e hizo un mohín con la boca.-Aquí está el té, ni siquiera te has quitado la ropa.Vamos, tómalo antes de que se enfríe. Yo te ayudaré a quitarte la ropa.-...-Michael, se que ese sueño te perturbó, pero de verdad no tienes nada de qué preocuparte, yo no voy a abandonarte. Mientras él la miraba con dudas ella lo miraba con ternura, comenzó a quitarle la ropa, empezando por los tenis y finalizando con las bermudas. Al verlo casi desnudo una sonrisa pícara asomó en su rostro. Su abdomen, su pecho, sus piernas, todo su cuerpo estaba perfectamente esculpido y le invitaba a probarlo, tragó saliva un momento y mientras el hombre bebía su té comenzó a quitarle los bóxers. Miró hacia arriba para ver la expresión de su esposo que pronto cambió a una de
Michael embestía una y otra vez a Sofía esta vez sin contenerse, estaban en la ducha así que no importaba si la mojaba o no, por lo que sus piernas estaban húmedas del cálido semen de su esposo, mientras ella gemía y jadeaba cada vez más rápido.-¡Aah!¡Uhh!¡Aaah! ¡Aaah! Sí. ¡Aaah!¡Aaah! ¡Aaah! ¡Aaah! ¡Aaah!¡Sí! sí. sí. Así. ¡Aaah!Se inclinó un poco y sus glúteos abarcaron completamente las caderas de Michael que entendía el significado de eso. Quería que la embistiera más fuerte, ¡quería más placer!Con una mano acarició la entrada de Sofía al mismo tiempo que la embestía y gemía. Ella por su parte uso su mano derecha para acariciar con suavidad el miembro de su esposo, duro, grueso y deliciosamente húmedo. En un vaivén de caderas y caricias la pareja gemía desperada de tanto placer.-¡Aaaah! -¡Aaaah!-Uuh. -¡Mmm!-¡Uuh! ¡Aaaah!Sí, así Sofía, acarícialo. Más, me encanta... Mmm. Sí. Aaah.. Sí. Aaah.¡Aaah! Amor. Siii. Aaah, sí.Con la otra mano libre Michael comenzó a acariciar
-¡Te casarás! Ya he arreglado todo, hoy vendrán por tí y firmarás un contrato prematrimonial, te irás y no volveré a verte nunca ¡maldita bastarda!Dijo Irina a su hija Sofía dándole una patada en el estómago. -¿Por qué me odias tanto? ¡Eres mi madre, se supone que debes amarme!Sofía se quejaba, pero Irina no contestó, la había odiado desde el día en que se enteró que estaba embarazada de ella. Intentó venderla muchas veces pero siempre algo lo arruinaba todo, esta vez lo había logrado a través de un intermediario por nada menos que 100 millones de dólares, no conocía al comprador pero esperaba que fuera tan malo con ella que la hiciera desear estar muerta.Dos horas más tarde un hombre sudoroso de unos 200 kg tocaba a su puerta. Irina abrió y dejó entrar al sujeto de mirada hosca.-Vengo por Sofía, aquí está el contrato, sólo tiene que hacerla firmar y el dinero será transferido a su cuenta. Mientras más rápido firme mejor será para todos.-¡Sofía! Ven aquí estúpida.Gritó Irina ar
-Mi... ¿Mi esposo? -Así es, ¿por qué te sorprende? Le dije al gordo Jack que te lo informara en cuanto subieran al avión.-¡Pues no lo hizo!-Bueno, eso ahora ya no tiene importancia, mi nombre es Michael Adams y soy tu esposo, como te habrás dado cuenta firmaste un contrato que te prohíbe divorciarte de mí, así que más vale que te acostumbres y empieces a amarme porque no te dejaré ir.Sofía estaba atónita, durante todo el día había pensado que su esposo era aquel hombre gordo y sudoroso que había negociado con su madre y además la había golpeado, no obstante, descubrió que no era así, al parecer todo había sido una farsa para engañar a su madre, si Irina hubiera sabido que este Adonis era quien estaba pagando por ella la habría ocultado hasta por debajo del agua antes que dejarla ir con él. Para Irina Sofía no merecía ser feliz, menos con alguien como él; guapo, atractivo, elegante, adinerado y sexy... -¿Amarlo? Yo ya tenía a alguien antes de venir aquí y usted me apartó de él. ¿Po