-Es la edad hija, debes comenzar a cuidarte o los huesos te dolerán por cualquier motivo.
La madre de Eliss la miró con sospecha pero no dijo más.
-Ven, siéntate a mi lado.
Eliss se sentó junto a su madre en la mesa, incluso su padre estaba ahí comiendo con su esposo, era un hombre callado, pocas veces decía algo.
-¡Abuela!
Harry apareció en el jardín.
-¡Hijo!
¡Qué gusto verte mi niño!
¿Cómo estás?
Eres un malcriado.
-¿Malcriado yo?
Harry levantó las manos fingiendo inocencia.
-Primero que nada buenos días, casi medio día, abuela.
He estado bien, muchas gracias por preguntar.
Segundo:
¿Cómo estás tú?
Tercero:
¿Por qué dices que soy un malcriado?
-Ja ja ja.
Mocoso.
Yo estoy bien mi niño.
¿Por qué no me has contestado los mensajes?
Ni las llamadas.
Su abuela Eleonor le tomó las mejillas entre sus manos a Harry y le pellizcó la nariz.
-¿Me llamaste?
-Si...
Muchas veces hijo...
-...
¡Ah!
¡Ya sé, ja ja ja ja!
Discúlpame abuela, he cambiado de número varias veces, así que probablemente por