Nathan embestía a Alicia una y otra vez por detrás mientras la mujer gritaba del placer. Ninguno jamás había imaginado encontrarse en esa situación, sin embargo, la noche anterior cuando Nathan llevó a Alicia a casa ella lo invitó a pasar y le invitó un café. Nathan había aceptado y entró en su casa dispuesto a conocer los planes de Alicia, no había ninguna otra aparente intención en ambos.
-Toma asiento, ya te sirvo... ¿Gustas algún bocadillo?
-Gracias, sólo el café.
Mientras Alicia preparaba el café Nathan la observaba, tenía un cuerpo muy hermoso, nunca lo hubiera imaginado pues Alicia siempre vestía bien pero su cuerpo no se veía así en el trabajo, al parecer utilizaba la ropa que peor se le viera para no llamar la atención de los hombres y que esto no interfiriera con su trabajo.
Alicia llegó con el café a la sala y se sentó frente a Nathan.
-Toma, está caliente... No te vayas a quemar.
Mordió su labio inferior y esto hizo que Nathan tragara saliva sintiéndose un poco nervioso al