Mi condición no es buena, pero, lo que ha dicho mi suegro, hace que sonría un poco. Sin duda, Maximiliano y yo somos tontos, eso es lo que explicaría porque llegamos aquí tratándonos como enemigos.
— ¿No me pedirá que deje de ser tan tonta y todas las cosas rudas que dicen los suegros? — ¿Para qué hago algo así si con lo que te dice tu mente es suficiente? — pregunta el señor Barack y yo bajo mi mirada.— Me he preparado para cualquier cosa negativa que quieran decirme. Me fortalezco mentalmente porque sé que nadie lo hará por mí. — Es una forma extraña de defenderte, pero, es tu problema. Ahora, lo que sí es nuestro problema es que tú sigas siendo terca.Me quedo en silencio, esto es importante para mí, porque es lo único que puedo hacer por mi propia cuenta, es el único regalo