Empecé a morderme la uña del dedo índice al ver como el reloj pronto señalaría las seis de la tarde, hora en la que ambas salíamos del trabajo y así mismo el aviso de que faltaba poco para mudarme con Clarke.
— Grace, ayúdame con algo —se acercó Thor—.
— Claro, dime —después de todo, era mi trabajo—.
— Ve y dale estos planos —me entregó unos papeles enrollados—. Al jefe
Torcí los labios pero acepté. No tenía ganas de verlo pero trabajo era trabajo así que tomé el ascensor y marqué el último piso ya que ahí estaba su oficina. Al ingresar no pude evitar distraerme con las miles de fotos en blanco y negro que se encontraban esparcidas por la pared de lado derecho y el gran ventanal que permitía ver la ciudad desde lo alto.
— Guao —susurré—.
Presté mayor atención a las imágenes que mostraban la construcción del lugar desde cero, y ciertamente ahí estaba el árbol del lobby, sólo que un poco más pequeño. Una de las fotos me llamó la atención, en ella había un señor de aproximadamente treint