Grace Davis nunca imaginó que su noche de graduación en la ciudad del pecado terminaría con un "Sí, acepto" impulsivo frente a un imitador de Elvis Presley. Borracha y fuera de control, lo que parecía una aventura desenfrenada se convierte en un inesperado compromiso matrimonial con James Clarke, un desconocido tan atractivo como exasperante. Cuando descubre que James necesita desesperadamente una estadía permanente en Estados Unidos, Grace se ve atrapada en un matrimonio de conveniencia que amenaza con exponerlos ante inmigración. Entre malentendidos, juegos de poder y un inesperado acercamiento emocional, Grace y James deberán fingir ser la pareja perfecta mientras intentan evitar que los descubran. Pero, ¿puede un matrimonio por accidente convertirse en una historia de amor verdadera? Llena de humor, giros inesperados y momentos románticos, Matrimonio en Las Vegas es una montaña rusa emocional que te hará reír, suspirar y desear saber qué pasará en la próxima página. ¡Descubre si esta pareja improbable puede convertir el desastre en algo mágico!
Leer másLas parpadeantes luces de colores brillantes y el volumen alto de la música que retumbaba en las paredes de aquel club incitaban a todos los que adentro se encontraban a mover sus cuerpos, frotándose, saltando y cantando. Unos más ebrios que otros danzaban sobre la barra, quitándose la ropa, otros estaban en una esquina teniendo relaciones sexuales con ropa como si no hubiese hoteles en esta ciudad. El olor del cigarrillo y otras drogas que no reconocía impregnaba todo el lugar.
Sí, la hermosa y perversa ciudad de Las Vegas.
— Vamos Grace, que hoy es nuestro día.
Seguí a Jane -mi mejor amiga- que se abría camino entre los cuerpos sudorosos, algunos aprovechándose y tocando más de la cuenta pues girarme a encararlos era prácticamente imposible cuando no sabía quién pudo haber sido. Cuando por fin pude llegar a la barra, Jane ya tenía en su poder dos vasos de no sé qué sustancia.
— Brindemos cariño porque por fin nos graduamos y además porque —alzó su vaso— lo que pasa en las Vegas
— Se queda en las Vegas — completé chocando los vasos para luego hacer un fondo limpio—.
El sonido de la ducha llegó a mis oídos, escuchar cada gota caer taladraba mi cabeza a cada segundo. La almohada amortiguó un poco el sonido, sin embargo, aún no era suficiente, me quejé e intenté sentarme en la cama.
Estúpida Jane Hill y sus duchas demasiado tempranas para mi gusto.
Mi mano fue a mi cabeza en el momento en el que el dolor se hizo más intenso.
Prometo nunca más volver a tomar como lo hice ayer.
El ruido se detuvo y esperé encontrar a Jane saliendo envuelta por su bata rosa chillón, pero eso no sucedió. Mis ojos veían algo completamente diferente.
¿Qué m****a me metí anoche? Ya empezaba a ver ángeles caídos.
— Veo que ya despertaste —dijo secándose el cabello con una toalla—.
— ¿Qué rayos haces aquí?
— Es mi departamento, querida. Si alguien está invadiendo propiedad privada, claramente, no soy yo —miré a mi alrededor fijándome que no estaba en mi habitación y lo miré nuevamente—.
Vamos Grace, no bajes tu mirada, no sigas ese camino que las gotas de agua recorren hasta perderse en la perfecta V al final de su abdomen.
— Entonces, ¿Qué rayos hago aquí? —replantée la pregunta—.
— Pues anoche bebiste demasiado, te lanzaste a mis brazos cuando pasé a tu lado y casualmente me pediste que te folle duro contra la pared. Claramente como todo un caballero primero te ofrecí un trago, bailamos un poco, fuimos a una capilla donde realizan matrimonios express y después de dar el "Sí, acepto" frente a ese hombre disfrazado de Elvis Presley, cumplí tu requerimiento y te follé duro contra la pared, exactamente esa que está ahí —señaló la pared a un lado de la puerta del baño—. Ya sabes, algo que pasa normalmente.
No me sorprendería tener la mandíbula dislocada en este momento, no podía creer todo lo que me había dicho. Parpadeé asimilando la situación.
— Esto tiene que ser una broma.
Me levanté tan rápido que un fuerte mareo se apoderó de mí, antes de que pudiera besar el suelo, aquel dios griego me tomó de la cintura, notando en ese momento que me encontraba como Dios me trajo al mundo.
Chillé y corrí al baño, las arcadas se apoderaron de mí y boté todo lo que había comido. Unas manos sostuvieron mi cabello.
— Vamos cariño, debes calmarte.
Jalé de la palanca y temblorosa me puse de pie.
— ¿Cómo demonios quieres que me calme? ¿Acaso eres estúpido? No vas por el mundo entregándole tu virginidad al primero que se te cruce y mucho menos contrayendo matrimonio Eres ¡Eres un oportunista!
— Guao, espera. ¿Oportunista yo? Te recuerdo que tú fuiste la que se lanzó a mis brazos.
— ¡Pero no para casarme contigo, imbécil!
Corrí a la habitación a buscar mi ropa, sólo encontré mi vestido y tacones. Maldije, a este punto no me importaba salir sin ropa interior.
— Relájate, fiera —me tomó del brazo jalándome hacia él—. Que carácter tan explosivo que cargas, sólo estaba bromeando.
Sentí mi cara enrojecer de coraje.
— ¡Eres un idiota! Me largo de aquí.
Con los zapatos en mano salí de aquella estúpida habitación. El enojo se estaba apoderando de mí, sin embargo, por otro lado, estaba la calma de saber que no estoy casada con un imbécil, guapo si, pero imbécil al fin.
Gimoteé al pensar que ya no era virgen ¿Qué opinaría mi mamá sobre esto? Por supuesto, no estaría orgullosa.
En el ascensor pude ponerme los zapatos, sintiéndome muy incómoda por ir sin nada debajo del diminuto vestido. Seguramente llevaba la peor pinta del mundo y por eso todos me miraban como si de un fenómeno se tratase.
¿Acaso nunca vieron a una mujer con resaca saliendo despavorida de un hotel?, creí que en Las Vegas era normal.
No sé si tomarlo como suerte o no, pero este lugar no quedaba muy lejos de donde Jane y yo estábamos hospedadas.
¡Jane!
Sin duda, mejor amiga que ella no existía, había dejado que me fuera con un completo desconocido.
Llegué en cuestión de minutos, toqué la puerta un millón de veces.
— ¡Mierda! ¿Quién jode tanto? ¿no ven que estoy con una puta resa?
— Sal de aquí, perra —la empujé entrando a la habitación—.
— ¿Uhm? Espera un minuto ¿Qué rayos te sucede?
— Y aún tienes el descaro de preguntar —rodé los ojos—. ¿Cómo fuiste capaz de dejarme ir con un desconocido?
— Para ser la que obtuvo el mejor puntaje en el colegio, eres realmente tonta. ¡Hello! Estamos en una ciudad desconocida.
Caminó hacia la mesa de noche y tomó unas aspirinas, le arrebaté una y me la tragué con un poco de agua.
— ¡Jane! A pesar de eso, sabes que no estuvo bien dejarme ir con cualquiera.
— Pero si aquel papasito fue muy amable, hasta nos invitó los siguientes tragos y además su amigo estaba Pero bueno, ¿Cómo fue? ¿Es bueno en la cama?
— ¡Ash! —me acosté en la cama sintiendo mi cabeza dar vueltas, aunque no tanto como antes—. ¡Eso es lo peor de todo! Ni siquiera recuerdo cómo fue.
— ¡Oh! Lo empiezo a entender, tú estás enojada porque no recuerdas cómo fue ver a ese papasito en todo su esplendor.
Me sonrojé un poco, mi amiga era mucho más abierta para este tipo de cosas, pero yo no, así que el tema podía llegar a incomodarme.
— ¡No seas tarada! Es sólo que fue mi primera vez, no recordarla me decepciona mucho, no era exactamente cómo quería hacerlo.
Si bien es cierto que no era de aquellas chicas que esperaban al matrimonio para tener relaciones sexuales y tampoco me imaginaba algo como un cuento de hadas, con pétalos de rosas en la cama y velas, al menos, me hubiera conformado con recordarlo.
Y sí, secretamente me decepcionaba no recordar a ese hombre encima de mí.
— ¡Pero para eso tenías toda la mañana! nunca debes salir sin un buen mañanero querida —giré los ojos recordando la pequeña escena—. Al parecer no lo aprovechaste, todos estos años enseñándote para nada —se golpeó la frente—. Que decepción.
Reí y me giré poniendo mi cara en mi almohada, sólo quería dormir y olvidar.
— Mi dulce y ya no virgen Grace, recuérdalo Lo que pasa en las Vegas
— Se queda en las Vegas.
James Clarke's POV— ¡Oh, vamos, Clarke! —dijo Tom jalándome del brazo—. Entiendo que no sepas qué hacer, pero no por eso debes encerrarte y revolcarte en tu desgracia. A veces debemos cambiar de perspectiva.— No creo que un buen cambio de perspectiva sea ir a emborracharme en un club.— ¡Es el mejor cambio de perspectiva! Deja de ser un aburrido y aguafiestas. ¿Dónde está el Clarke que amaba ir a follar todos los viernes con cualquier trasero bonito que se te pasara al frente?— Ese Clarke murió, Thomas. Venimos a trabajar, y si te traje fue para que me hagas compañía y me ayudes, no para que crees distracciones.— Vale, me hartaste.Tomó una botella de vino y la partió en la mesa haciendo que los pedazos de cristal vuelen por toda la habitación. ¿Qué mierda?— ¿Qué mierdas te sucede?— Sucede que mi mejor amigo prefiere sumergirse en sus problemas como un total perdedor en vez de encararlos como un hombre.— ¿Y piensas que matándome todo se solucionará?— Sí, o vienes conmigo y te
POV JAMES CLARKEMe miré por última vez en el espejo antes de suspirar. Creo que nunca había estado más nervioso que hoy, ni cuando entregué mi primer proyecto como ingeniero, ni como cuando me expuse a una multa millonaria y varios años de cárcel por fingir un matrimonio.Y la verdad era, que estaba malditamente enamorado de Grace Davis, y quería dejárselo en claro a todo el mundo. ¿Se imaginan, yo, James Clarke, gritando por la calle que amo con todo mi corazón a Grace, mi falsa esposa? Lo sé, mi pinta no daba cabida para ese tipo de imaginación, pero quería hacerlo.Sin embargo, encontré una forma mejor de hacerlo y era, volviendo esto real.Miré el anillo por última vez antes de cerrar la caja y meterla en mi chaleco. Tendría que llevarlo para que lo pusieran en un pastel de chocolate, el favorito de Grace.Y es que la idea era simplemente perfecta, pasaríamos juntos el día, la llevaría a sobrevolar la ciudad en helicóptero, y luego, iríamos al puerto donde Grace y yo estaríamos a
Después de 15 días, la situación había mejorado mucho. Ya podía estar en casa nuevamente aunque seguía con mi pierna enyesada, mis padres me habían llevado con ellos aunque Clarke no estaba muy feliz con la idea.Debido al trabajo, y los proyectos que aún tenía que supervisar, no podía estar al cien por ciento conmigo, pero cada que tenía un tiempo libre, pasaba a visitarme. Todo era como un sueño. Excepto porque tenía que ponerme al día con todas las clases que había perdido en la universidad debido al accidente.Así que sí, estaba sentada haciendo algunas tareas pendientes en mi cama.La puerta de mi habitación se abrió.- Hola, amor, ¿me extrañaste?Mordí mi labio y asentí mientras quitaba la laptop de encima mío. Clarke aún estaba con un traje negro pero se veía malditamente comestible. Se puso sobre mí y me besó con ganas.- Mhh -gemí-. Alguien tiene muchas ganas.- Sí, muchas ganas de matar a este imbécil si no se quita de encima tuyo en este momento.Rodé los ojos, mi hermano s
El pitido incesante hacía que la cabeza me doliera. Me quejé mientras abría mis ojos y trataba de acostumbrarme a la oscuridad en la que me encontraba. Toqué mi cabeza encontrándome con una venda, así mismo pude notar que tenía la pierna derecha enyesada.De pronto alguien salió corriendo en la oscuridad, dejando que un poco de luz entre al lugar cuando salió. Más personas empezaron a llegar, todas vestidas de blanco. La luz de la habitación se encendió.— Señorita Davis, ¿se encuentra bien?Además de que me duele la cabeza como si me estuvieran abriendo internamente. Sí, estaba bien.— ¿Dónde estoy? —pregunté—.Nunca había entendido por qué cuando alguien estaba en un hospital hacía la misma pregunta, pero ahora sé que no se te ocurre nada más en ese momento y cuesta analizar la situación después de haber pasado por lo que sea que había pasado.Mi mente aún no se esclarecía del todo.— En una clínica, tuvo un accidente de tránsito.Ah, cierto. Liam.Todo empezó a correr en mi memoria
No sabía por qué Liam estaba aquí, ni cómo había dado conmigo, pero por alguna extraña razón, o tal vez no tan extraña, su presencia me daba muy mala espina.- ¿Qué haces aquí? -pregunté-.- ¿Qué haces tú, aquí? No me digas que el pequeño Clarke se reproduce —sonrió de lado—.Jane se tensó a mi lado, y la tomé de la mano para calmarla.— Eso no te incumbe, ¿qué quieres?— Hablar contigo, es importante.— No creo que deba discutir sobre ningún tema contigo.— Yo creo que sí, es sobre tu querido falso esposo, tal vez no es tan bueno como crees.— Grace, no tienes que hacerlo, no es necesario —dijo Jane al ver mi duda—.— Lo que sea que debas decirme, hazlo ahora, confío en Jane.— Pero yo no, necesito que me acompañes a un lugar, tienes que verlo por ti misma.— GraceTragué saliva, la curiosidad me carcomía, supongo que para que me haya buscado, tenía que ser algo realmente importante. Sin embargo, una parte de mí, la desconfiada, gritaba que no debía acompañarlo, que lo que sea que ti
Al parecer todo podía salir mal.Las dos rayitas en las tres pruebas eran una muerte anunciada, sí que quería tener hijos pero estaba convencida de que aún no estaba preparada para hacerlo en este momento.Tomé mi cabello entre mis manos intentando pensar qué haría.- Grace, ¿estás bien? -dijo mientras tocaba la puerta-.Definitivamente no quería salir. Tal vez, si me quedaba dentro del baño, podría fingir que esto sólo era un sueño. Si salía, sabía que tendría que enfrentarme a la realidad, la cual no era muy atractiva para mí en este momento.¿Cómo podría tener un bebé con alguien que no me ama?Estaba aterrada. ¿Qué tal si pensaba que yo había planeado esto para enredarlo a mi? Claro, era demasiado conveniente que yo estuviera embarazada antes de que podamos romper el compromiso.- ¿Grace?Sollocé.- JaneLa puerta se abrió mostrándome a dos preocupados Jane y Logan.- ¿Qué sucedió? -preguntó Logan-.Se agachó junto a mí y tomó la prueba que estaba en mis manos mirándome aterrado a
Último capítulo