Trataba de ignorarlo, pero podía sentir la mirada fija de su padre y su esposa, a pesar de que estaban a unos metros de distancia, sentía como si la habitación fuese diminuta.
Intentaba entretenerse mientras escuchaba la pequeña charla y oración del sacerdote, pero le era imposible.
La habitación parecía más silenciosa que nunca, y las miradas de su padre la hacían sentir como si estuviera bajo un microscopio.
Y ahora también sentía otra mirada fría y penetrante en su dirección. Cuando levantó la vista, vio a la esposa de su padre, quien la mira con una expresión de desprecio. Quien al parecer había notado la presencia de la joven desde el principio y no había intentado ocultar su molestia.
Trató de mantener la compostura, pero su corazón latía con fuerza y sus manos sudaban en el regazo. Esperaba que el funeral terminara pronto para poder regresar a casa.
Pero sabía que era imposible, pues aun faltaba mucho protocolo.
El sacerdote continuó con su oración, hablando sobre la vida del