Desperté Renovada, me estiré en la cama con modorra y extendí mi brazo hacia la otra parte de la cama, tanteé el colchón y no encontré nada, solo vacío. Me giré confundida y me encontré con que Nicolás ya no estaba.
¿Qué hora es?
Agarré mi celular y vi que eran solamente las 6 de la mañana.
-Ahrg- Un dolor de cabeza se apoderó de mí. No debí haber bebido tanto y menos mezclar.
Me senté en la cama agarrándome la cabeza.
“Ya no tienes 18 años, Carla”
Mi celular sonó, un número desconocido.
-Hola…- dije con la voz ronca y los ojos cerrados- Sí, soy yo…- Me levanté de golpe de la cama- Ya voy para allá.
Agarré ropa al azar y metí mis cosas en un bolso.
Bajé rápidamente las escaleras y casi me mato, tenía que llegar al hospital cuanto antes, en estos momentos no tenía tiempo para pensar en Nicolás y en su ausencia. Mi hijo es mi prioridad.
Nicolás despertó a mitad de la noche, una pesadilla lo atormentó. Esta vez no soñó con la muerte de su padre, repitiendo una y otra vez la escen