– Sí, soy la exnovia. Alana Walsh – se presentó como si estuviera en frente de una profesora –, no esperaba encontrarte y menos así. – señaló mi vientre.
–No creo que sea coincidencia – debatí. ¿Coincidencia? No lo creo – ¿Qué es lo que quieres?
–Mi vida – extendió su mano para tomar mi mentón, pero yo ni en mil años me dejaría tocar de ella. Me alejé en un movimiento rápido –. No te pongas a la defensiva, no soy tan enferma como para hacerte algo.
–¿Entonces? – solté.
–Entonces ...– vaciló por un momento tratando de encontrar la mentira perfecta y cuando la encontró habló – Solo quería conocerte. Ah... ¡De lo que me perdí, como me arrepiento!
–Si no tienes más que decir me iré primero. – me puse de pie dispuesta a retirarme.
–Él sigue siendo protector y celoso, ¿verdad?
–Sí. – conté directa y cortante aun de espaldas.
–Es bueno en la cama. – oh, ahí si me voltee. Tenía una sonrisa en su cara como si estuviese diciendo: