Matrimonio Arreglado
Matrimonio Arreglado
Por: Milah BM
CAPÍTULO 1

Siempre he pensado que las casualidades no existen que si conoces a alguien es porque el destino tiene preparado algo para tí ya sea algo bueno o malo, pero todo tiene un propósito en la vida.

Durante 24 años nunca me he enamorado, tal vez sea porque no he encontrado a la persona indicada.

Pero siempre he querido tener a alguien con quien pasar tiempo, alguien a quien darle mi amor, alguien que me ame y yo lo ame a él y que tengamos un final felíz.

Tal vez suene tonto ya que los finales felices sólo los vemos en los cuentos de hadas, en telenovelas o en películas. Pero si, yo quiero a alguien con quien si pueda tener un final felíz.

Hasta el momento, mi vida ha sido muy feliz gracias a mis padres y a mis amigos pero siempre siento como que algo me hace falta. Y a pesar de tener mucho dinero y que siempre me den lo que quiero nunca puedo llenar ese vacío que siento, a veces pienso que lo que necesito es una persona que me brinde amor y comprensión, pero no del tipo de amor que me dan mis padres y mis amigos, sino el tipo de amor que sólo una pareja te puede dar, una pareja con la cual pueda compartir mi vida.

Se que suena un poco loco, pero así me siento y espero que algún día la vida me ponga frente a frente con la persona correcta, con la persona que pueda darme ese tipo de amor que tanto deseo.

Me desperté al escuchar cantar "Feliz Cumpleaños" a mi mejor amigo Theo junto a mi mamá quienes irrumpieron en mi habitación muy temprano.

Me senté en la cama viendo hacia ellos, mientras cantaban con un pastel en las manos. Me daba tanto gusto verlos y saber que recordaban esa fecha tan importante para mí.

-¡Felíz cumpleaños, cariño!

-¡Feliz cumpleaños, Milah! - Gritaron ambos al unísono mientras aplaudían felices.

-¡Gracias! - Dije emocionada extendiendo mis manos para que me entregaran mi pastel.

-Ya son 24 años, estás envejeciendo. - Dijo mi mejor amigo mientras revolvía mi cabello.

-Tú ni hables que tienes 26 años, anciano. - Reí burlonamente.

-Ya chicos. Milah, sopla las velas. - Ordenó mi mamá mientras veía nuestra divertida pelea.

-Pero antes pide un deseo. - Interrumpió Theo tapando las velas para que no las apagara aún.

Cerré mis ojos y después de pedir mi deseo, soplé las velas. Mi mamá y Theo empezaron a aplaudir y se lanzaron hacia mí para abrazarme, estaba muy agradecida por tenerlos conmigo.

-Muchas gracias. - Respondí a su abrazo con todo el gusto del mundo. -¡Los amo tanto!

-De nada, mi amor. - Respondió mi mamá. -Tu papá no pudo venir, pero te mandó un regalo. - Me entregó una pequeña caja color lila.

Al abrir la caja vi que se trataba de dos hermosos collares, me emocioné mucho, ya que mi papá siempre me daba dinero o me decía que pidiera lo que quisiera pero esta vez había sido diferente.

-Ve a vestirte que vamos a salir. - Dijo Theo mientras extendía su brazo para ayudarme a pararme de la cama.

-¿A dónde iremos? - Pregunté mientras caminaba hacia mi vestidor.

-Es una sorpresa. - Sonrió mientras me colocaba uno de mis nuevos regalos en el cuello y acomodaba mi cabello.

-Ok, no me tardo. - Le guiñé un ojo para luego tomar algo de ropa, colocarla en mi cama y luego correr hacia el baño.

Me bañé lo más rápido que pude. Ya quería ver de que se trataba la sorpresa de Theo, él siempre me da muy lindos y especiales regalos de cumpleaños.

Él y yo hemos sido amigos desde la infancia, su familia y la mía son muy amigas. Y nos hemos criado como hermanos, siempre estamos juntos y nos apoyamos siempre en todo.

Después de terminar de arreglarme, salí de mi habitación y bajé las escaleras. Ya estaba arreglada y más que lista para irme, así que me encontré con Theo en la sala, ya estábamos por irnos cuando de pronto mi mamá salió de la cocina para detenernos.

-Hija tu padre llamó, dijo que regresará para la cena. Me comentó que tiene algo para decirnos.

-Ok mamá. Aquí estaré a tiempo. - Respondí para después darle un beso en la mejilla y finalmente salir de la casa.

Subimos al auto de Theo para que se pusiera en marcha hacia aquella desconocida sorpresa, yo sólo observaba el paisaje por la ventana del auto, mientras Theo manejaba sin decir una sola palabra.

-¿Entonces no me dirás nada? - Pregunté tratando de hacer puchero pero fallé.

-No, porque es una sorpresa y si te lo digo, obviamente ya no será sorpresa.

-Agh... - Bufé para después volver a recargar mi cabeza en la ventana del auto y dirigir mi vista hacia el camino.

Después de varios minutos, al fín habíamos llegado. Ambos bajamos del auto y caminamos hacia la entrada del lugar. Me quedé sorprendida al ver que se trataba de un parque de diversiones. Siempre le decía a Theo que me llevara a uno, pero nunca quiso ya que le teme a las alturas.

-¿Y esto? - Pregunté asombrada sin dejar de ver todo el lugar, era increíble que estuviéramos aquí.

-¿No es obvio? Es tu regalo de cumpleaños.

-Pero tú le temes a las alturas... - Levanté una ceja y lo miré intimidante.

-Esta vez te acompañaré sólo porque es tu cumpleaños. - Me tomó de la mano para llevarme hasta adentro del parque.

El lugar era increíble, tenía juegos de todo tipo, había mucha gente con sus parejas otros con sus hijos y todo era un caos.

Fuimos a subirnos al primer juego y desde que hacíamos la fila para subir podía ver el miedo en los ojos de Theo, se notaba que no quería hacerlo pero ya estábamos aquí así que no había vuelta atrás.

Después de bajar del juego Theo corrió hacia los baños, al parecer estaba muy mareado. Busqué con mi vista un lugar para sentarme mientras Theo se recuperaba. Caminé hacia una mesa que estaba vacía pero cuando me senté alguien más se sentó al otro lado de la mesa.

-Perdón ¿está ocupada? - preguntó un chico alto, cabello castaño y muy guapo por cierto.

-¿Ah? Ah si, yo iba a sentarme pero tranquilo yo ya me voy. - Sonreí mientras me levantaba para irme.

-Espera. - Dijo el chico haciendo que me detuviera. -Si estabas esperando a alguien aquí, yo me puedo ir.

-No, no tranquilo yo solo me iba a sentar un momento. - Le sonreí, él me devolvió la sonrisa y de inmediato me marché a buscar a Theo.

No podía dejar de pensar en el chico guapo que acababa de conocer, realmente era muy atractivo, lástima que no lo volvería a ver y lo más seguro es que él tenga novia, es obvio que un chico como él no va a estar soltero.

De pronto comencé a escuchar gritos de una chica a un par de metros de mí y me sacaron rápidamente de mis pensamientos, levanté la mirada y me encontré con una chica que estaba enfrentando a Theo. Así que corrí para ver que es lo que estaba sucediendo.

-¡Theo! ¿Estás bien? - Pregunté preocupada.

-Estoy bien, Milah... Pero esa chica no tanto...

-¿Qué sucede? - Dije al tiempo en el que volteaba a ver a la pelirroja.

-¿Qué sucede? ¿No lo ves? ¿Acaso estás ciega? Este tipo acaba de arruinar mi costosa ropa. - Soltó gritando ya que estaba completamente enfurecida.

-Tranquila, él no lo hizo apropósito... Claramente fué un accidente. Te ofrezco una disculpa...

-Pues tu tonta disculpa no arreglará los daños, tendrá que pagar por mi ropa arruinada.

-Claro, no hay problema.

-Ja... no creo que tengan el suficiente dinero para comprar este tipo marcas.

-¿Qué? - Dije sorprendida.

-Lo que escuchaste niñita.

-Te pagaré hasta el último centavo, pero te pido que te tranquilices.

-¡No me voy a tranquilizar hasta que me paguen!

De pronto sólo pude ver como la chica aventó su bolso a un lado y levantó su mano para darme una bofetada, pero aquél apuesto chico que había conocido minutos antes tomó la mano de la enfurecida chica y la detuvo.

-¿Qué sucede aquí? - Dijo viendo a la pelirroja.

-Ese tipo arruinó mi ropa y no me quieren pagar los daños.

-¿Sabes qué? No tengo tiempo para estar peleando contigo. - Metí mi mano a mi bolso, saqué mi cartera, tomé un fajo de billetes de diferentes denominaciones y se lo lancé a la cara. -Puedes quedarte con el cambio. - Dije burlona.

-Dios mío... - Soltó Theo sorprendido.

Me di la vuelta, tomé de la mano a Theo y nos alejamos.

-¡¿Que acabas de hacer?! - Preguntó anonadado.

-Sólo defendí a mi mejor amigo de una m*****a loca. - Dije mientras lo empujaba. -Ya es tarde, recuerda que tengo que volver para la cena. - Dije viendo mi reloj. Si no llegaba a tiempo seguramente mi papá me mataba.

-Ok vamos. - Dijo mientras señalaba con sus manos el camino para ir hacia el auto. Yo solo comencé a seguirlo mientras revisaba mi celular por si tenía alguna llamada o mensaje de mi mamá.

Llegamos al auto, subimos y Theo encendió el motor. Después de varios minutos de camino por fín estábamos frente a mi casa, me había divertido muchísimo con Theo.

-¿Estás seguro que no te quieres quedar? - Pregunté viendo a mi amigo quien no quería quedarse a cenar con nosotros.

-Si, mi mamá me está esperando para hacer un par de cosas y cenar. Mejor nos vemos mañana ¿si?

-Ok, está bien. Con cuidado, mandame un mensaje cuando llegues ¿está bien?. Adiós. - Dije mientras bajaba del auto.

Theo se fué y yo entré a mi casa. Fui directo a la cocina ya que se suponía que mis padres estaban ahí.

-Hola mamá, hola papá. - Saludé sentándome en la barra de la cocina

-Hola hija. - Sonrió mi mamá tomando asiento a un lado de mí.

-¡Feliz cumpleaños mi princesa! - Dijo mi papá mientras de daba un caluroso abrazo.

-Gracias papá. - Lo abracé muy fuerte. Era rara la vez que él podía pasar un cumpleaños conmigo y me daba mucho gusto que por fín pudiera estar aquí.

-Bueno, vamos a cenar. - Habló mientras caminaba hacia el comedor y tomaba su lugar de siempre.

Todos comíamos en absoluto silencio, cosa que era muy extraña ya que mi mamá siempre se la pasaba hablando de cualquier cosa o tratando de sacarnos la plática para que no fuera tan silencioso todo pero ahora era todo lo contrario.

-Hija necesito decirte algo. - Dijo serio mi papá dejando de comer.

Mis sentidos de inmediato se pusieron en alerta, algo no andaba nada bien.

-¿Qué es lo que sucede papá?

-Es algo complicado así que espero entiendas y nos ayudes. - Se veía serio y lo notaba un poco pálido, su comportamiento me empezaba a asustar.

-Habla ya papá, me estás asustando.

-Bueno, verás, nuestra empresa está en problemas y para que la situación pueda mejorar necesito hacer una alianza con una empresa muy importante.

-¿Y yo que tengo que ver con eso o en qué puedo ayudarte? - Pregunté sin entender. - ¿Necesitas que vaya a cerrar un trato? No comprendo. - Añadí.

-No, hija. Tranquila, necesito que escuches bien. La empresa de los Williams nos ayudará pero... - Hizo una pausa.

-¿Pero qué, papá? - Pregunté nerviosa.

-A cambio quieren un matrimonio y tú eres la única que nos puede ayudar.

-¿Qué? - Me paré de golpe de mi asiento apoyando mis manos en la mesa.

-Tranquila hija, por favor. - Habló mi mamá tomándome del brazo para sentarme de nuevo.

-¡No mamá! No me voy a tranquilizar. - Dije sumamente enojada. -¿Papá me estás vendiendo? - Pregunté mientras lo veía con coraje y tristeza a la vez.

-Hija no lo veas así.

-¡Pues es lo que parece papá! ¿Cómo esperas que me case con alguien que ni siquiera conozco?

-Tú y el hijo de los Williams tendrán unas cuantas semanas para conocerse.

No podía creer lo que mi papá me estaba diciendo, piensan que conoceré bien a una persona sólo en "unas cuantas semanas".

-¡No papá! Me rehúso a conocerlo y sobre todo a casarme. . Me crucé de brazos estando aún de pie.

-Hija, por favor. Es por el bien de la familia, así que si yo te estoy diciendo que lo harás es por que así será. No estoy pidiendo tu opinión y mucho menos preguntandote si quieres o no. - Dijo impotente mientras golpeaba con sus puños la mesa.

-¡No quiero hacerlo! - Grité. - Mamá ¿Tú no dirás nada? ¿Dejarás que me venda cual animal al mejor postor? - Le pregunté mientras la miraba con lágrimas en mis ojos esperando que ella me apoyara, pero no fué así.

-Lo siento hija. - Soltó mientras bajaba la cabeza.

-No puedo creer que me estés haciendo esto papá... Tengo una m*****a carrera terminada en publicidad, me gradué con honores y fui la mejor de la m*****a carrera... Todo mi esfuerzo se va a ir a la basura... ¡Preferiría un millón de veces no tener esta m*****a vida de lujos a que me vendan como si fuera un animal! ¡Agh! - Les grité mientras me marchaba de ahí. Estaba muy enojada para seguir escuchando cuando ya me dejaron más que claro que mi opinión no les interesaba.

No podía creer lo que me estaba pasando, ahora tendría que casarme y vivir el resto de mi vida con un desconocido. Y todo por salvar a mi familia de la ruina. No me quiero casar, pero tampoco puedo dejar a un lado a mi familia.

Mi única opción era casarme, aunque me doliera saber que mi propio padre estaba haciendo negocios conmigo, estaba haciendo negocios con mi vida. Y lo peor es que tenía que hacerlo porque yo no quería verlos sufrir, no lo podría soportar, no podría seguir con mi vida teniendo ese remordimiento.

Así que si tengo que hacerlo, lo haré aunque tenga que soportar al hijo de los Williams que de seguro es un tipo nefasto, presumido, arrogante y prepotente así como todos esos chicos de dinero. No se que haré para tolerar todo esto.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo