James debe de estar furioso porque estoy trabajando con su padre, pero a mi no me importa, yo me siento bien haciéndolo y él no lo va a arruinar. Cuando llegué a la oficina, dejé mis cosas en mi escritorio y recosté mi cabeza en este. En eso tocaron la puerta, le dije a quien fuera que podía pasar y en eso entró Eli con dos capuchinos en sus manos.
-Hola Eli... Digo Elián. - Sonreí.
-Toma, bebe esto. - Dijo dándome uno de los capuchinos.
-Gracias. - Bebí casi de un trago del delicioso líquido.
-¿Sabes qué? En mi vida volveré a salir contigo, de verdad. - Soltó mientras se sentaba frente a mi.
-Yo sé que si quieres salir conmigo, te encanta. - Le guiñe un ojo.
-Jamás. - Empujó mi frente con su dedo. -Deberías de dejar de tomar alcohol.
-Lo haré, lo prometo. - Levanté mis manos en señal de promesa.
-No mientas. - Volteó sus ojos.
-Gracias por no dejarme ahí tirada. - Reí bajito.
-Lo hice porque no quería que se espantaran los clientes del restaurante.
-Lo hiciste porque te caigo muy bie