Gracia suspiró tres veces frente al espejo del pasillo. Cuando ya pensaba que tenía todobajo control surgía esto y traía de regreso a Yvonne.
Al siguiente día de su llegada a Madeira se encontró con unas conocidas en la farmacia y le refirieron lo felices que estaban por el regreso de la hija mayor yde paso con prole. Algo verdaderamente desagradable.
El último aire que tomó fue para entrar a la habitación donde su esposo la esperaba.Estaba de pie mirando por la ventana y cuando entró se volteó con indiferencia.
–Contigo quería hablar.
–Sabes dónde encontrarme, no estoy en condiciones de correr ni de esconderme. –Le respondió él tranquilo y con tono tan pesado como el de ella.
–Por lo menos no estas sentado en esa ridícula silla. –La señaló.
–Por lo menos tú no tienes que gui