Victoria Becker narrando:
Camino hacia la puerta y salgo hacia la calle, empezaron las contracciones pero eran muy débiles, empiezo a caminar por la acera en un intento de encontrar un taxi.
Creo que he sufrido tanto en este tiempo que Dios se apiadó de mí y decidió hacérmelo más fácil, porque justo frente a mí se detiene un taxi y se baja uno de mis vecinos.
Me acerco a ellos y la mujer me mira asustada, creo que no sabía que estaba embarazada, hoy tendrá muchos chismes que contarles a sus amigas.
- Muchacho llévame al hospital – digo sentándome en el asiento trasero y el hombre asintió antes de que nos fuéramos.
Gemí de dolor suavemente cuando sentí una contracción, me dolía mucho y no sabía que hacer.
Después de unos minutos de sufrimiento, el conductor finalmente dice:
- Chica, ya estamos aquí.
Tomé el dinero que ya había apartado y lo pagué, abrí la puerta y con mucha dificultad salí, el guardia de seguridad corrió hacia mí y me ayudó a caminar porque era muy complicado.
Rápidame