Eliza fitzy:
A la mañana siguiente cuando nos despertamos, desayunamos y empacamos una bolsa con varias cosas por si Maya las necesitaba.
Cuando todo estuvo listo tomamos el auto y nos dirigimos a la casa de Victoria, que ya estaba lista y con una Luna sonriente en brazos.
- Buenos días niñas. - dice mi cuñada subiendo al auto.
- Buenos días Vic. - digo arrancando el auto.
- Buenos días amiga. - Escucho a Victoria hablando con Joana, los dos estaban en el asiento trasero, los bebes se miraron y sonrieron.
- Buenos días mi abucheo. - dice Juana. - listo para que ordenemos la casa por estar al volante.
- ¿No tienes miedo de que conduzca? - pregunta Victoria.
- Un poco asustado. - dice Joana y ambas se ríen.
- ¡Hola ustedes dos! - Hablo. - Soy un gran conductor, ¿vale?
- Sí, un gran conductor. - dice Joana sonriendo.
- Entonces ayer conocí a la hija de la vecina y es muy linda. - Hablo. - vino a darme una tarta de bienvenida.
- ¿Grave? Que tierna. - dice Victoria