Elizabeth. -
Había pasado una semana, Bella estaba desaparecida. Solo se comunicaba con Bastián.
Kevin iba todos los días y se plantaba en la entrada de la empresa esperando su llegada. Mi pobre Joel estaba decepcionado y avergonzado por la actitud de su hermano y hasta le pidió disculpas a Bastián quien no se las recibió ya que nada era culpa de él. Además, conocía a la tal Sam no era una mala chica, pero si solía enamorarse y obsesionarse con los hombres fácilmente.
Me dolía mi cuñada, huyó con el corazón roto, Joel y yo nos sentimos culpables y malos amigos con ella. De no ser por Bella yo no tendría la familia que tengo ahora, no habría conocido a Bastián como realmente es y convertirlo en mi esposo.
— Bella, por favor, estoy aquí para ti, eres mi amiga y Joel se siente muy culpable, háblanos si necesitas algo – colgué una vez más el teléfono, era el quinto mensaje que le dejaba.
— Señorita Elizabeth, su padre dice que deje lo que le vino a traer conmigo, que no puede atenderl