Cap. 69: En nombre del amor.
Amelia cerró la puerta con fuerza apenas Lisandro se marchó. Se quedó un instante apoyada contra la madera, respirando hondo, intentando contener todo lo que hervía dentro de ella.
Iker se acercó en silencio y posó una mano cálida en su espalda. No dijo nada, pero su presencia la envolvía con una calma necesaria.
—Voy a darme una ducha —murmuró Amelia al fin, girándose hacia él con la voz cargada de agotamiento—. Necesito sacarme esta tensión del cuerpo.
Iker la miró con ternura y asintió.
—Te espero en la cama —respondió, acariciando suavemente su mejilla con el dorso de los dedos.
Ella cerró los ojos un segundo ante ese gesto. Lo necesitaba.
—Yo voy a probar a Mateo —avisó Teo desde el pasillo, y salió corriendo hacia su cuarto, como si nada hubiera pasado.
Amelia soltó una sonrisa breve, mientras Iker le rozaba apenas la cintura con una caricia muda que decía más que cualquier frase.
Minutos después, Amelia salió del baño con el cabello húmedo y un conjunto cómodo. En la habitación