Cap. 57: A ti no te voy a perder.
Iker y Amelia regresaron a la sala de espera en silencio. Apenas cruzaron la puerta, Berenice giró hacia ellos con una mueca de desprecio.
—Mírenlos —espetó—. Regresan como si nada. Como si no hubieran tenido nada que ver con esto.
En ese momento, la puerta del ascensor se abrió y Blair emergió con paso firme. Su mirada recorrió la escena en segundos y fue directo hacia Iker.
—¿Cómo está Lisandro?
—Estable, pero sigue en cirugía —respondió—. Perdió mucha sangre.
Entonces, Berenice se adelantó con teatralidad, como si acabara de encontrar una salvación.
—¡Oficial! —exclamó, dándole un tono dramático a la palabra—. Quiero denunciar un intento de homicidio. Estas dos personas —señaló con el dedo, como un verdugo— atentaron contra la vida de mi hijo. Estoy segura. Lo vi en sus ojos. Son ellos. ¡Lo planearon!
Blair la miró como quien observa un espectáculo patético, con más lástima que sorpresa.
—Señora Elizalde —dijo con tono calmo, pero firme—, le sugiero que no difame sin prueba