La noche de pasión más intensa.
Bostecé por enésima vez esa noche mientras arrullaba al pequeño e impaciente Adrien que a pesar de estar somnoliento se negaba a dormir.
—¿Mami? —Bostezó Amy entrando a mi habitación. “Mi habitación” eso sonaba maravilloso, sabía que pasarían días hasta que pudiéramos mudarnos a nuestra propia mansión, pero poder decir que algún lugar de esta casa era mía, se sentía particularmente bien.
—¿Qué ocurre, cariño? ¿No puedes dormir? —Pregunté en un susurro para no despertar al pequeño James, que dormía plácidamente en su cuna.
—Papá no me leyó un cuento hoy. —Dijo estrujando su ojo izquierdo.
—Lo siento, mi amor. —Dije colocando a Adrien en la cuna mientras caminaba hacia Amy. Me agaché hasta quedar a la altura de ella y acomodé su cabello—. Ahora mismo te leeré el cuento para dormir.
—No. —Respondió negando con la cabeza—. Quiero que lo haga papá. —Sentenció.
Sorprendida por su actitud renuente, le sonreí.
—¿No quieres que mamá te lea? —Le pregunté en un puchero.
—Tú no sabes, mamá. —Mur