La pasión de mi esposo.
Los segundos que pasaron fueron una tortura, no sabía si mi decisión solo traería discordias en mi familia, o si él realmente podría retroceder a su decisión solo por mí y la promesa que me hizo.
—Oliver. —Dije con voz serena, pero suplicante—. Por favor regresa a la señorita Isabella. No es justo que la hayas despedido y lo sabes.
En aquel instante, mientras las palabras flotaban en el aire y el único sonido era el leve crujido de la mandíbula de Oliver, sentí que mi corazón se detendría.
Tenía tanto miedo de que por mi terquedad, solamente estuviera instigando a Oliver a deshacerse de mí y de nuestra historia. El simple hecho de pensarlo me partía el corazón, pero no podía evitarlo. Era lo correcto, puedo al menos intentarlo.
Por un largo e interminable segundo, cruzamos miradas.
—Si es lo que quieres, lo haré. —Dijo él cediendo a mi voluntad. Sonreí enternecida.
—¡Gracias, gracias, gracias! —Exclamé abrazándolo y besando su cuello.
Oliver sonrió y comenzó a acariciar mi espalda d