- ¿Quién será que viene Castor? Le preguntó preocupada la señora a su esposo.
- Pues no lo sé pero dejemos que vaya nuestra hija a abrir la puerta-. Respondió el señor con una sonrisa.
- ¿Y yo por qué papá? preguntó Marleny asustada.
- Yo voy a ir a abrir hija.
Le respondió su madre y se levantó de su asiento, pero su esposo el señor Castor la detuvo y le ordenó que se sentara nuevamente y volvió a decirle a su hija que vaya y abra la puerta para saber quién es y qué es lo que quieren.
Marleny con un poco de temor fue a abrir la puerta y de la emoción de un solo brinco se colgó del cuello y enrolló sus piernas en las caderas de la persona que estaba detrás de la puerta ya que no era nadie más que su amado esposo que había venido a verles.
- ¿Cómo has hecho para llegar si tú no conoces este lugar, o es que ya habías venido anteriormente y no me lo habías contado?
Le preguntó Marleny a su hombre ya que estaba muy sorprendida por su repe