- Mira hija, ¿acaso ese no es el auto de tu esposo?
Preguntó el señor Lozano al ver que cerca de la casa estaba un auto estacionado y es idéntico al de su yerno Leonardo.
- Si papá se parece a su auto pero no creo que sea él porque hubiese dentrado.
Respondió Aixa y al final casi ni bola le paró por ir acómodando al niño en su sillita viajera.
Llegaron al hospital y Leonardo como iba detrás de ellos también se estacionó allí. Pero lo raro que vio es que Aixa iba acompañada por su padre y no de un extraño como él se lo imaginaba.
- ¿Será que hasta más tarde es que se va ir a ver con su amante?.- Se pregunta Leonardo en su mente.
Aixa y su padre dentraron a la clínica y de inmediato pidieron la autorización del médico de turno para que les permitiese ver a la paciente, pero tremenda so