Una de las amigas de Mia se le acercó, prácticamente colgándose de ella.
—¿Quién iba a pensar que la humana sabía divertirse? —Creo que se llamaba Kiera.
Miré hacia abajo justo cuando la mano de Dallas en mi espalda me apretó más cerca de él. Mia empujó a su amiga para que se mantuviera en pie por sí sola.
—Yo sí lo sabía —respondió sonriendo hacia mí—. Pero no soy tan corta de vista como la mayoría. —Añadió, lanzándole una mirada fulminante a Kiera, causando que Dallas soltara una risa baja.
Kiera levantó las manos en señal de rendición.
—¡Hey! No lo digo por mal, solo pienso que es bueno verte por aquí. Siempre te niegas cada vez que le decimos a Mia que te invite.
No estaba mintiendo, todos en la escuela me habían odiado desde hace tiempo, así que cuando querían salir con Mia y ella quería incluirme, a veces me invitaban, pero siempre decía que no, porque no quería su lástima ni quedarme sentada en un rincón toda la noche. En realidad, solo me invitaban para que Mia aceptara