Despierto, adormecida y adolorida. Siento náuseas y mareos. Odio sentirme así. Cuando aclaro mi visión alguien se acerca.
—No hagas esfuerzo —es Luke.
—¿Que pasó, donde estoy? —me miré con tantos aparatos conectados a mi, suero en mi vena y sentía un dolor en mi espalda.
—Te dispararon, ¿no lo recuerdas?
Entonces empecé a acordarme de ese terrible incidente donde Kev estaba apuntándome con su arma y...
—¿Kev me hizo esto? —quise saber, sintiéndome dolida. ¿Cómo pudo hacerlo? Tanto tiempo juntos y siento que no lo conozco.
—No, Amanda, fue otra persona. Aún no sabemos quien... Kev te salvó. El te acaba de donar un riñón. Ahora estás viva gracias a él.
—¿Tanto así? —quise saber.
Asintió, se veía un poco preocupado y como si quisiera decirme algo pero no sabía cómo. Siempre intuía cosas y sabía que Luke me estaba ocultando algo y no sabía cómo decírmelo.
—Vamos, Luke, dime lo que sea que me tengas que decir.
—Nada, cariño. Es solo que me siento feliz de que estés bien. Además