Capítulo 44.
En ese momento después de recibir la orden Amadeo responde de forma automática.
—Sí Alfa — dice el hombre al mismo tiempo que comienza a correr escaleras arriba para encontrar al culpable.
En ese momento de total tensión en el que el palpitar del corazón de Leyra se encuentra en su máxima expresión y sus ojos se encuentran llenos de lágrimas, la rubia extiende su mano para acariciar el rostro del moreno que se encuentra frente a ella.
— No te esfuerces, no lo haga— susurra Declan con una delicadeza que Leyra jamás le había escuchado antes.
La rubia movía sus labios como si quisiera decir algo, como si quisiera susurrarle un secreto.
— Tranquila Leyra todo estará bien— decía con una voz profunda y llena de seguridad El Alfa seguridad que él en el fondo no sentí.
— Ahhh ahhh ahhh— Decía ella tratando de canalizar su energía en sus labios— ayuda a nuestro cachorro— dijo entre jadeos.
Declan aprieta las quijadas, sabía que no podía gritar a los cuatro vientos esa oscura verdad pero alg