— Sí, sí los he escuchado nombrar, son agentes que se encargan de asuntos de suma importancia en esta manada. ¿Quiénes son? No lo sé. ¿Quiénes forman parte? No tengo idea. ¿De qué asuntos? Tampoco lo sé— dice la mujer segura. — Sin embargo he escuchado de ellos en ciertas conversaciones con mi esposo. Recuerde Luna, nadie se cuida de la torpe, mujer insegura.

Beca asiente.

— ¿Y de la profecía del niño de doble sangre? — Cuestiona ella al mismo tiempo que siente que su corazón late demasiado desesperado porque en este punto no sabe en quién confiar, ¿qué tal si esta era la tercera parte de un plan maquiavélico en el que se encargan de hacerla confiar en alguien más para luego destruirla y despedazarla? Para hacerla creer que puede ser libre y reírse de sus reacciones anticipadas.

Megara se queda en silencio por demasiado tiempo y Beca levanta la mirada insegura de haber hecho algo o dicho algo que no debía.

— No lo sé— dice ella — Sin embargo… la mujer se concentra en mirar directame