FLAIR:

Mientras luchábamos por arrebatarle a mi hija al fuego, apareció corriendo Azariel y, sin previo aviso, se lanzó detrás de Sol hasta que la encontró regresando. La atrapó y salió con ella en sus brazos. Ya no estaba envuelta en llamas y su cabello se había tornado completamente rojo. Dormía apacible, con una increíble sonrisa de felicidad, mientras repetía una y otra vez:

—Lo salvé, salvé a mi Arni, salvé a mi Arni.

—¿Quién es Arni? —preguntó el abuelo, quitándole a Sol de los brazos de Azariel.

—No sé, su majestad. Cuando la encontré, ya venía de regreso —respondió Azariel.

—No debiste hacer eso, ven aquí —lo llamó papá.

Lo envolvió en un fuego azul, extrayéndole toda la energía que pudiera dañarlo. Su padre, el capitán de la guardia, al sentir que algo no estaba bien con su hijo, apareció en el salón y rápidamente se conectó con él. Mientras tanto, mi padre, como señor del fuego, volvió a tomar a Sol de mis brazos y le pasó la mano por la frente, observando cómo se iluminaba,