Capítulo 4

Alison abrió la boca para cerrarla de nuevo, cuando esa mirada intensa bajó a sus labios, mientras vio como la frente del hombre se arrugó un poco. Estaba segura de que estaba pensando que algo estaba pasando. Podía verlo algo conmocionado, y un tanto extraño por su evidente forma de actuar.

Pero «¿Qué podía esperar la verdadera Jane y él de ella?» Además de que no entendía una sola palabra de lo que este hombre le expresaba sobre su relación.

Por sus extraños comportamientos era evidente que había una espina bastante incómoda entre ellos, y ella no era nadie para meterse en una vida, de la que prácticamente ya estaba saliendo.

Pero algo en la mirada de Cristopher la hizo quedarse observándolo por más tiempo, como si el suspiro que dio, le dijera que, de cierta forma, él la necesitaba en su vida, y que ella no tenía ni la más mínima idea de lo que, realmente sucedía.

«No…» la mente de Ali gritó enseguida, «Vete ahora»

Dando dos pasos hacia atrás negó con la cabeza. Era hora de irse. No podía seguir cometiendo más errores.

—Lo siento… debo irme, mañana hablaremos con más calma… —Alison soltó su mano, y apretando sus ojos, caminó, casi corriendo a la camioneta que rezaba la estuviera esperando afuera.

El color dorado en su resplandor, hizo que su corazón latiera más rápido de la emoción y alivio, y cuando vio a Paul fuera de ella abriéndole la puerta, tuvo que sonreírle de pura anticipación de agradecimiento.

—A casa… por favor…

El hombre asintió por el retrovisor cuando ambos estuvieron dentro de la camioneta, mientras Alison hizo pausas en su respiración para intentar tranquilizarse.

Recostó la cabeza al asiento, y luego tocó sus labios con las yemas.

«Dios mío, lo besé». Sus ojos se cerraron ante el pensamiento, y luego puso la mano en su pecho.

—Es mejor de lo que imaginé…

—¿Cómo dijo? —se dio cuenta de que había hablado en voz alta cuando la voz de Paul resonó en el auto.

—No… yo lo siento, estaba pensando en voz alta.

Vio como el hombre que manejaba, se puso incómodo de nuevo, pero asintió con una especie de sonrisa.

A pesar de que ella no diría ni una palabra del beso, estaba aterrada por enfrentar a Jane. De todas formas, tarde que temprano se enteraría, y lo más seguro es que se querría vengar de ella.

Echarla del trabajo era una posibilidad, así que después de esta noche, lo más posible es que debiera buscarse otro trabajo con urgencia.

Ali no supo en qué momento, “tan rápido para ella”, la camioneta se detuvo y se bajó con total calma, intentando relajar su rostro.

Caminó insegura hasta el ascensor y usó la copia de la llave maestra que Jane le había dado hace unas horas. Justo cuando el ascensor se abrió en la última planta de lujo, pudo notar su propio cuerpo caminar de aquí para allá, mientras una copa reposaba en su mano.

El rostro de Jane se levantó observándola con premura.

—¡Me estaba comiendo las uñas que yo misma pagué esta tarde! —la mandíbula de Alison se tensó frenándose en seco cuando entró al apartamento.

—Hola…

—¿Cómo fue? —sus hombros fueron atajados y su cuerpo movido para apresurarla a responder.

—Bien… creo que bien…

—Dame un resumen rápido y luego… vayamos al balcón para deshacernos de esto…

Alison asintió dejando las cosas en una mesa cerca, para luego traquear sus dedos.

—Llegué, me recibieron… estaban los padres de Cristopher… —cuando dijo su nombre tan libremente, se interrumpió dando un carraspeo—. Quiero decir, del señor Koch…

—Continúa…

—Su hermano con una novia… yo no recuerdo como se llama…

—Alison… ve al grano, no tenemos mucho tiempo.

—Bien, bien… también su hermana, Isabella… —Ali vio como Jane torció los ojos, pero siguió en su relato—. El motivo era… adelantar la boda para tres meses.

—¡Oh, Dios mío! Eso es una maravillosa noticia…

—Ammm, sí, aunque tu prometido pidió un momento, créeme, traté de decirle que hablaríamos por la mañana… pero él me pidió… o mejor dijo, te pidió que lo retrasaran.

—Sería su petición más obvia… ¿Qué más?

Alison se quedó mirándola por un momento. Era claro que esta mujer no se rendía, y a pesar de que Cristopher no parecía cariñoso con ella, a Jane no le importaba en lo absoluto.

—Él… Quiso convencerte de que postergaran esta boda… insistió mucho en ello… —no quiso tocar el tema donde dejó claro que no la amaba, ni nunca la amaría, esto era un tema en el que no debía meterse en lo absoluto.

—¿Alguna otra cosa que deba saber?

Ella negó en silencio, y de inmediato, Jane vino a tomarla del brazo para halarla hacia el balcón.

—Esto es lo que haremos… tomaremos nuestras manos, entonces cerraremos nuestros ojos, y pediremos ser nosotras mismas de nuevo, ¿de acuerdo?

—Sí… de acuerdo.

Ambas mujeres se tomaron de las manos, y dándose una última mirada, cerraron los ojos con un solo pensamiento en unanimidad.

«Deseo ser Jane» «Deseo ser Alison»

Amabas esperaron unos minutos repitiendo la misma frase varias veces y apretando sus manos, hasta que hicieron un silencio absoluto.

Parpadeando lentamente, poco a poco, sus ojos se abrieron, solo para verse de la misma forma.

En el cuerpo de la otra.

—No… no, no, no… —Esta vez fue Alison la que se frustró dejando las manos de Jane—. ¿Qué haremos?

Las manos de Jane temblaron un poco mientras negó.

—Ven…

La mujer la haló hasta el centro de la sala, y luego se fue caminando al otro extremo del salón.

—Bien… cuando cuente tres, pedirás el deseo, y luego correrás. Hasta que ambas nos estrellemos la una con la otra…

—¿Qué?

—¡Ahora!

Alison no estaba del todo segura, pero hizo el intento, y corrió para chocar de forma abrupta con su propio cuerpo y caer sentando en el suelo, sufriendo un gran golpe.

—¡Oh, Dios! —gimió tomando su cabeza en la mano, y luego trató de ver a Jane en el suelo al igual que ella—. Esto no parece funcionar…

Su voz salió un poco aguda, como si tuviese el llanto retenido en su garganta, porque lo que parecía un sueño hace un día, ahora se estaba convirtiendo en una pesadilla.

Definitivamente, esto no podía estar sucediendo.

—Yo… no sé qué más hacer… —por primera vez, la voz de Jane, que era realmente suya y conocía bien, sonó desesperada, tanto, que la hizo mirarla con los ojos bien abiertos—. Definitivamente, no voy a vivir tu vida de pobreza…

Alison abrió los ojos un poco impactados, mientras sintió un escozor en los ojos.

—No puedo perder mi trabajo, no puedo perderme de la vida de mis amigos… todo será muy sospechoso… yo… simplemente no puedo hacer lo que tú me digas, solo porque… —hizo una pausa cuando Jane alzó la palma.

—Puedo darte otro trabajo… dinero… lo que necesites, pero jamás iré a limpiar… o hacer lo que haces…

—¿Qué quieres decir?

—Esto es culpa de ambas, ¿no es así? —Ali alzó los hombros un poco avergonzada, ahora creía que era más culpa de ella que de cualquiera—. Podemos ayudarnos… esto… esto debe revertirse en algún momento… y cuando llegue ese día… solo, te daré un mejor trabajo y recompensaré por ayudarme… ¿Estás de acuerdo?

Alison pareció dudar por mucho tiempo, así que Jane sacudió sus hombros un poco desesperada.

—No tienes nada que perder… solo ganar… y cuando tengas que ver a… tus amigos o familia… pues, me presentaré, lo prometo. Tu vida podría cambiar, tendrás mejores oportunidades…

Alison no pudo evitar recordar el estado del apartamento en el que vivía con Emma, y cómo nunca podía darle más apoyo que comida o pasajes en el auto bus. Sentía una gran deuda con Emma, porque a pesar de que pagaba la mitad de comida, jamás había podido acondicionar su lugar por el escaso dinero que les quedaba cada mes.

Tampoco sabía cuánto duraría esto, pero si iba a involucrarse en una situación tan turbia, necesitaba que Jane fuera sincera con ella.

—Está bien… —aceptó demasiado pronto, y luego vio como la sonrisa de la mujer se iluminó—. Pero… es necesario que seas sincera conmigo, porque si no, seremos descubiertas sin duda.

Jane hizo un ademán.

—Hablaremos en la mañana, ahora, necesito tomar algunas bebidas, estoy demasiado tensa.

Alison vio como la mujer llenó un vaso, con una botella que se suponía era demasiado cara, y se preocupó por el hecho si de ahora en adelante, su cuerpo estaría expuesto a ciertas cosas que le incomodaban.

Precisaba dejar los puntos claros, pero requería de un buen descanso para tomar las mejores decisiones…

***

Por la mañana, cuando sus ojos se abrieron, y los posicionó en un techo realmente hermoso, se dio cuenta de que seguía envuelta en el mismo sueño.

Vio su cuerpo tirado al otro lado de la cama, y se apresuró a acercarse para notar que olía a alcohol y cigarrillos. Se asqueó un poco, pero decidió tomar ventaja y darse un baño para preparar algo de comida, antes de que la mujer despertara.

Se preguntó en todo el proceso cómo estaría su amiga Emma de preocupada, y se negó a revisar su teléfono, al menos por un rato más.

Y justo cuando las tortillas estuvieron listas, y su verdadero rostro se asomó en la cocina, ella se quedó un poco inmóvil por la mirada corchada de pintura, y su cabello tan desordenado como nunca.

—Buenos días… Pareces que tuviste una mala noche… —mencionó sirviendo los dos platos en una pesa como para diez personas.

—Un poco…

—Señorita, Jane… quiero… quiero que este acuerdo sea equitativo…

Jane restregó sus ojos mirando el plato, y comenzó a comer sin dar las gracias por su esfuerzo, ni mucho menos prestándole atención.

—No quiero que beba de esa forma… ni mucho menos que fume… yo nunca lo hago, no es bueno para la salud… —la mujer torció los ojos asintiendo, y luego le hizo un ademán para que continuara—. No quiero que vaya a ningún lugar sin mi consentimiento, así como yo acataré a sus órdenes…

—Estoy de acuerdo… pero cuando vayas a la empresa o cuando debas suplantarme, no creas que yo voy a ir a limpiar por ti…

—Eso quedó claro ayer —Ali alzó su mentón un poco indignada—. Pero usted prometió retribuirme, y créame, no estoy pidiendo algo injusto… esto es lo justo, porque admito que también tengo responsabilidad en lo que está pasando.

—Bien… bien… ahora… déjame desayunar tranquila, en un rato, nos sentaremos y planearemos la semana… y espero que sea la única que tengamos que proyectar. No desistiré de hacer lo mismo de anoche, siempre lo intentaremos, porque debe haber una solución.

Ali quedó mirándola por un momento, y luego comenzó a comer, con una agonía que ella no supo explicarse.

Por un momento se sintió lejos de ese lugar, por un momento deseó salir corriendo a pesar de no tener su propio cuerpo, y sin importar qué. Había algo dentro de ella que le dijo que su vida estaba en momento determinante, y que el final de ese deseo, estaba demasiado lejos.

Ni siquiera podía imaginar cómo iba a tener las agallas para llegar a ese edificio millonario, pretendiendo ser otra persona. Aún no le cabía en su cabeza cómo podía mirar a sus compañeras desde lejos y no actuar como ella misma.

Y lo que era peor, cómo iba a poder soportar otro día más en compañía de una mujer sumamente egoísta, centrada en ella misma, y totalmente diferente a las personas con las que ella estaba acostumbrada a tratar.

Y finalmente, Cristopher Koch, un hombre que parecía aborrecer su presencia…

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