Llame a Cassie, necesitaba dejar esto en claro, y si ese niño era de Sam como Karina y yo lo estabamos pensando yo iba a hacer una maldita fiesta para celebrar.
De un tiempo para acá, solo he imaginado hijos con Karina, quería una niña igual a mi esposa, con su color de piel y con esos enormes ojos que me vuelven loco, yo deseo ser padre, y quiero vivir toda esa experiencia con mi esposa.
Cuando llegue al restaurante Cassie me saludo con la mano desde su puesto, yo camine rápidamente a la mesa y me senté frente a ella.
— ¿Hola cómo estás? — Me preguntó ella.
— exelente, ¿y como vas tú? — Le pregunté.
Esto era demasiado incómodo, no podía dejar de pensar en la gran mentira que ella me había dicho.
— ¿Que tienes con Sam? — Le pregunté.
No iba a irme por la ramas, quería solucionar esto de una vez y por todas.
— ¿De que Sam hablas? — Me preguntó.
Lo que más me molestaba en esta vida eran las mentiras y ella era una mentirosa enorme.
— Deja de mentir, lo sé todo — Le dije.
— de verdad no