CAPITULO 15 DATE POR VENCIDO

No muy lejos de ahí, Álvaro disfrutaba de una tarde en la misma playa con una chica, giro y vio a Alba con un hombre, frunció el ceño y siguió espiándola por un rato más.

Llamo a Damián. “¿Oye hermano que rayos hiciste?”. Estaba muy molesto, Alba le gusto el día que se conocieron en la fábrica, pero cuando se enteró que Damián la conoció primero y al parecer le gustaba le dejo el camino libre a su hermano, Ahora Alba estaba en una playa con otro hombre.

Damián enojado. “¿Qué quieres Álvaro?, tengo mucho trabajo”.

“Tanto trabajo, como para dejar que Alba este con otro hombre”.

Damián se levantó de la silla. “¿De qué hablas? ¿La viste?”.

“Si, estoy en Manzanillo te mandare los datos”.

Álvaro colgó y camino hacia Alba, ella conversaba alegre con Ernesto. “Alba, que coincidencia”.

Ambos giraron para ver a Álvaro y Alba solo negó con la cabeza. <De tantos lugares porque tenía que encontrárselo aquí, lo más probable es que Damián ya sepa donde esta>. Pensaba ella.

“Si es una gran coincidencia” Alba presentó a los hombres. “Álvaro él es Ernesto Vasco mi actual cliente”. “Ernesto él es Álvaro Alcántara, es un conocido de México”.

Álvaro estrecho su mano. “Hola, soy su cuñado, no conocido”.

Ernesto entendió y solo sonrió.

Alba no quería seguir hablando con él. “Nosotros nos vamos, disfruta tu día Álvaro”.

Antes de que ella se girara Álvaro la tomó del brazo. “¿Dime donde te estas quedando?”.

Alba lo miro ya exasperada, Ernesto contestó. “Ella se queda en mi casa”.

Álvaro levanto una ceja. “¿Solos?”.

Alba se soltó del agarre. “No tengo por qué darte explicaciones Álvaro, adiós”.

Damián salió de la oficina cancelando toda su agenda de dos días, recogió su maleta en casa y se apresuró al aeropuerto. Lo bueno era que Mariana se estaba quedando con su madre.

Unas horas despues ya en la madrugada. Álvaro lo esperaba en la entrada del aeropuerto. Damian guardo su maleta y subió al coche de Álvaro. “¿Dónde está?”.

Álvaro empezó a conducir. “Se queda en casa de la familia Vasco, hoy estará en una de las casas que remodelará”.

“Vamos al hotel a descansar y después a esa casa, necesito hablar con ella”.

Álvaro manejaba y lo observaba de reojo. “Solo me fui por unos días y ya tienes problemas con ella de nuevo”.

Damián suspiro. “Lo sé, soy un imbécil”.

“Es bueno que lo sepas”. Álvaro seguía al volante serio.

Damian lo miro con el ceño fruncido. “Tu, ¿Qué haces en Manzanillo?”.

“Conocí a una chica en Querétaro y me dijo que era un gran lugar”.

Llegaron al hotel y al entrar a la habitación de Álvaro, una mujer dormía profundamente desnuda en la cama. Damián lo miro negando con la cabeza.

Álvaro se acercó y la despertó. “Oye es hora de que te vayas”. saco su cartera y le dio muchos billetes. “Con esto puedes regresar a Querétaro”.

Ella se levantó y se visto frente a ellos sin ningún pudor, salió de la habitación regalándoles una sonrisa.

Despues de descansar unas horas Damián y Álvaro salieron del hotel rumbo a la casa en la playa, Alba ya se encontraba ahí con Ernesto, ella estaba en la playa, Ernesto llego con dos copas. “Brindemos por el trabajo”.

Alba tomó la copa y disfrutó del líquido en su garganta. “Gracias, me hacía falta”.

Ernesto sonrió.

Se escucho la voz de un hombre. “Alba”.

Ambos giraron, miraron a Álvaro y a Damián parados no muy lejos.

Ernesto miro las emociones contenidas en Alba y se dio cuenta quien era el hombre, giro para ver a Álvaro. “Te invito una copa”.

Álvaro asintió y camino junto a Ernesto.

El cabello de Alba se movía con el viento cubriendo su rostro, Damián se acercó y acomodo su cabello. Quedando frente a ella.

“Yo… sé que no debí reaccionar así, ese asunto me tenía muy molesto, no encontré a esa mujer y luego tú sabias quien era… ¿Por qué no me lo dijiste?”.

Alba suspiro tranquilizando su corazón. “No quiero que te metas en problemas… ya estabas muy abrumado con ese asunto, quería que lo dejaras atrás, pero seguías aferrado por eso te lo dije, esa noche hablabas de venganza… de que pagarían lo que hicieron, eras un Damián que yo no conocía…”

Damián la miro. “Estaba muy borracho y solo tengo algunos recuerdos… Alba yo te amo y no quiero que nada se interponga entre nosotros, quiero saber quien lo hizo para que no vuelva a intentarlo”.

“Damián esa mujer es una adicta, le pagaron por hacerlo y ella no recuerda nada, por favor dejémoslo en el pasado”.

El la miraba detenidamente era una mujer muy bella e inteligente única en el mundo, no quería perderla. “Está bien, no investigaré más”.

Ella sonrió. “Y nosotros… ¿Estamos bien?”.

Damián se acerco tomando su barbilla. “Si, estamos muy bien”. La beso por un buen rato, se abrazaron observando el mar.

Ernesto y Álvaro los miraban desde la casa sentados en unos sillones de playa con un gran paraguas.

Álvaro miro a Ernesto. “Daté por vencido, yo ya lo hice…”

Ernesto lo vio de reojo y se rio. “¿Tú también?”

Álvaro asintió. “Desde el primer día que la vi… pero mi hermano la conoció primero, ellos ya tenían algo y Alba lo ama a pesar de ser un imbécil…”

Ernesto solo negó con la cabeza. Era la primera vez que le interesaba tanto una mujer. Se levantó y dejo las llaves de la casa en la mesa. “Dile que me las regrese mañana que vaya a la casa, les explicare a mis padres que se quedara aquí”.

Álvaro tomó las llaves y jugo con ellas despidiendo a Ernesto. Alba y Damián regresaron a la casa. “¿Dónde esta Ernesto?”. Pregunto por su amigo.

Álvaro termino su trago y aventó las llaves a manos de Alba. “Dijo que podían quedarse aquí por hoy… yo me voy al hotel”.

Salió de la casa dejándolos solos, ambos se miraron y sonrieron, Damián llevo a Alba a cenar en un restaurante cercano, disfrutaron de la noche caminando por la playa y al regresar a la casa se entregaron mutuamente durante toda la noche.

Al día siguiente fueron a despedirse de la familia Vasco y Alba regreso a México con Damián. Prometiendo seguir en contacto con todos ellos. Álvaro habia regresado el día que los dejo en la playa.

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