Capítulo 168. Cuñado
Camille le respondió:
—Sí. Al día siguiente, después de que los médicos lo revisaron y confirmaron que estaba bien de salud, llamaron a la policía para que le avisaran a su padre y pasara por él.
Mariana dio un suspiro de alivio. Al saber que Andrés estaba bien, le devolvió un poco de paz. En ese momento pensó que, mientras el niño estuviera a salvo, no importaba el esposo infiel que le había tocado. Aquel hombre que no fue capaz de esperar un poco más por ella…
—No vale la pena seguir pensando en ese mal hombre —se dijo a sí misma.
Pero en realidad, por dentro, se estaba muriendo de rabia.
Apretó la mandíbula, sintiendo cómo el coraje le subía por la garganta.
Pensó con furia contenida:
Solo espera que te vuelva a ver la cara, hombre infiel… para que sepas de lo que es capaz una mujer abandonada… y sin memoria.
Camille le interrumpió sus pensamientos con una pregunta directa:
—Ahora que ya recuerdas todo… ¿Qué piensas hacer con tu asesina?
Robert, que hasta el momento había permaneci