En ese instante, Bianca estaba perdida en sus pensamientos, tratando de idear qué hacer cuando regresara aquella maldita bruja y cómo evitar que Brando descubriera quién era ella en realidad. Él entró con evidente preocupación en la voz y en la mirada. Al verla, la abrazó de inmediato y le preguntó:

—¿Estás bien? ¿No te hicieron ningún daño?

Ella, al verlo tan asustado, lo abrazó de vuelta y respondió:

—Como ves, estoy bien, nadie me hizo daño.

Sin embargo, al decir estas palabras, pensó de inmediato que quizá Brando se había enterado de la visita de aquella mujer y si era así era mejor fingir que no sabía quién era, antes de que él descubriera la verdad. Por eso se apartó un poco de él y comenzó a decir:

—Lo único extraño es que vino una mujer loca a reclamarme por estar contigo. Tal parece que ustedes dos tuvieron su historia en el pasado, porque se notaba que está enamorada de ti.

Al pronunciar estas palabras, su voz dejó escapar un matiz de celos. Si bien en el momento en que aque