Alexander quería seguir gritando y fulminándola como hace poco, pero la culpa podía más.
Cada palabra que decía la matriarca era mucho más doloroso que cualquier puñalada, le golpe a en lo más profundo de su psique.
No tenía ninguna forma de refutar todo lo que estaba oyendo, en el fondo sabía que la abuela de Sam tenía razón. Y eso le dolía más.
—Por alguien como vos se sacrificaron todos?. Toda vuestra familia murió por protegeros, y no creo eso que dice Eva que la sangre de un Licaón está maldita.
Vuestro hermano era un Licaón y fue uno de los lobos más bondadosos que ha existido en vuestra familia, él nunca abusó de nadie ya sea física o emocionalmente, lo contrario a vos.Alexander ya no pudo aguantar más, se arr