Mundo ficciónIniciar sesiónRodé los ojos mientras él seguía observándome embelesado y lleno de orgullo, lo que me hacía palpitar el corazón. Robin parecía decidido a grabar aquel momento en su memoria como si fuera uno de esos grandes hitos históricos que cambiarían la humanidad.
—Te lo diré todas las veces que quieras, si te hace así de feliz. ¡Me gustas, Robin, me gustas mucho! —dije una y otra vez—. Ahora ven, vamos a llevar unos cuantos proyectos para mi casa. No quiere decir que los vayamos a hacer todos, pero les echaremos un vistazo.Tomamos unas cuantas carpetas. Robin me las quita todas de las manos para llevarlas él. Al llegar a la recepción, nos encontramos con el jefe de contabilidad. Me mira y luego mira a Robin.—Buenos días, Ema —saluda sin dejar de mirar.—Buenos días, Agustín —respondo con amabilidad—. ¿






