Mundo ficciónIniciar sesiónLo miro fijamente, aún con el sueño y la confusión dibujados en mi rostro. ¿Qué clase de situación novedosa está armando ahora? Intento recuperar el control, pero con Robin resulta prácticamente imposible.
—No, Robin, estás en mi cama enfermo —me esfuerzo por sonar firme, pero mi voz se quiebra, traicionándome un poco.Él ríe suavemente, con esa risa pícara y maliciosa que parece una invitación al desastre. Suspiro y me obligo a no mirarlo, hasta que lo escucho decir:—Eres tan hermosa, Ema. Me gustas así, con tu pelo suelto.No digo nada; lo dejo que delicadamente aparte el cabello de mi rostro. Dejándome llevar, se siente bien y noto que habla mejor. Retiro su mano mientras me siento para poder mirarlo mejor y le pregunto:—Robin, ¿cómo te sientes?—Me duele mucho la cabeza y el cuerpo —expli






