Mundo ficciónIniciar sesiónLa pregunta queda suspendida en el aire, como una bomba activada, haciendo eco en mi mente mientras trato de asimilar esas palabras. Dentro de mí, siento que mi corazón se quiebra al ver el miedo y la confusión en sus ojos. Aunque son unas jovencitas muy maduras, les había estado ocultando esta verdad tratando de protegerlas.
—¿Quién les dijo eso? —pregunto suavemente, aunque siento como si los latidos de mi corazón estuvieran tratando de perforar mi pecho—. En verdad, no lo sé, queridas. De veras, no sé si es verdad eso que dicen. —Mamá, no somos unas niñas —dice Melissa—. ¿Fue por eso que te desmayaste aquel día que vinieron los agentes a verte? Respiro profundo, buscando desesperadamente una explicación lo suficientemente sólida que pueda calmar sus miedos y, a la vez, no alimentar las dudas que podr&iacut






