MI HOMBRE DE ENSUEÑO, DOCE AÑOS MENOR
MI HOMBRE DE ENSUEÑO, DOCE AÑOS MENOR
Por: Bris
1. PRIMER ENCUENTRO

 ¡Dios, me va a coger tarde! Pienso mirando mi reloj, mientras corro apresurada saliendo del supermercado. Tenía que ser hoy que tengo esa reunión importante, que se demoraran en cobrar. Vuelvo a mirar el reloj, me quedan apenas veinte minutos para llegar, no me va a dar tiempo, el tráfico es insoportable. 

 Y sin más, corro para llegar a mi auto que lo dejé un poco lejos, cerca de la calle, para que me fuera fácil salir. De pronto, siento como el tacón de mi zapato se rompe, se me vira el pie y voy a parar con mis huesos en el piso. ¡Maldito zapato…! ¿Es que hoy nada me sale bien? Diosito, por favor ayúdame. 

 Estoy a punto de echarme a llorar mientras recojo todas mis cosas desparramadas. Cuando escucho una voz muy varonil que me pregunta:

—¿Puedo ayudarle en algo?

 Levanto mi cabeza ante esa voz que me ha removido hasta lo más profundo. Y ahí, de pie delante de mí, hay un hombre que parece salido de mi imaginación. Es alto y musculoso. Viste unos vaqueros, que dejan muy bien marcado su exuberante bulto. Cuando logro apartar mi vista de esa parte de su anatomía, descubro unos muy bien formados pectorales, un poco más arriba, unos carnosos labios, junto a unos ojos azules de ensueño, debajo de unas espesas y largas pestañas. Deberían ser las mías así, pienso. Su cabello brilla bajo el sol, y sus ojos tienen un destello eléctrico. 

—Gracias, ya casi termino —contesto ante su gesto de agacharse para ayudarme a recoger las cosas. 

 Mientras continúo recogiendo todo, lo observo. Su apariencia es sorprendente, como si fuera una creación hecha por mí. Debería ser imposible que alguien así exista.

—¿Puedo ayudarle? —pregunta de nuevo, esta vez más cerca e inclinado recogiendo mis cosas.

 Y me tiende su musculosa mano, para ayudarme a ponerme de pie. La agarro, pero me falta el equilibrio, estoy a punto de volver ir a parar al piso, cuando sus fuertes brazos me agarran por mi cintura, pegándome a su cuerpo. Y, ¡es cuando todos los nervios que existen en mi cuerpo, saltan como un resorte, como si me hubiesen electrocutado! 

 Me quedo extasiada observando sus increíbles ojos y sintiendo ese embriagador olor que despide. ¡Cielos, esto no puede ser real! Salgo de su agarre, obligándome a sonreír.

—¡Mu…, muchas gracias! —tartamudeo alejándome, sin dejar de observarlo.

 ¡Oh, cielos! ¿Habrá salido de mi imaginación? ¡Es exacto, al príncipe de mis sueños! ¡Ese tipo de hombres de ensueño que solo existen en películas y libros! Y tenía que verme desparramada en el piso, ¡qué vergüenza! ¡Diosito, eso no se hace! ¿Cómo se te ocurre mandármelo cuando estaba en esa horrible situación?

 Giro mi cabeza una última vez y lo veo en el mismo lugar, observándome. ¡No lo puedo creer! ¡No puede ser real! Y yo..., caminando coja por todo el parqueo, me debo ver horrible. ¡Trágame tierra!

 Por fin llego a mi auto, coloco todo en el asiento trasero, cambio de zapatos, siempre traigo unos de repuesto. Arranco, doy marcha atrás y al girar mi cabeza, lo veo avanzando con las llaves en la mano hacia su auto. ¡Es exacto, al príncipe de mis sueños! ¡Ese, que creamos en nuestra imaginación todas las chicas desde niñas! ¡No lo puedo creer!

 Me detengo un momento, pensando qué hacer. ¡No puedo dejarlo ir! ¿Cómo se te ocurre mandarlo hoy Diosito, cuando no tengo tiempo? ¿Y si cojo por allí? Es el parqueo, ¿qué puede pasar? Me digo tentada de ir a hablar con él, no sé…  Casi estoy por dar la vuelta al timón cuando lo que escucho en la radio me asombra:

"Ema, no tienes tiempo que perder, te va a coger tarde si sigues mirando a ese hombre", dice una voz suave y melodiosa.

¿Qué demonios? ¿Escuché bien? ¿La radio dijo mi nombre? No, eso es una coincidencia. Es imposible que dijera mi nombre. Intento descartar la idea de que la voz se refiere a mí, y vuelvo a concentrarme en la espectacular vista del hombre de mis sueños, pero luego la escucho de nuevo:

"Son las siete y cincuenta de la mañana, Ema, vas a llegar tarde a la reunión que tienes", continúa la voz.

 Me quedo perpleja. Ahora si no fue casualidad, alguien me está hablando a través de la radio. ¿Cómo pueden en la radio conocer mi nombre, darme la hora exacta y avisarme de la reunión? ¿Quién me está vigilando? El auto comienza a avanzar sin que yo haga nada, tampoco me importa. Porque estoy concentrada viendo como me alejo cada vez más del hombre que me ha llamado la atención, sintiendo que estoy desperdiciando quizás la última oportunidad de volver a amar. Suspiro y me resigno, pensando que tal vez esta persona no es para mí. Debo conformarme con lo que tengo.

 Después de alejarme mi mente vuelve a lo que dijo la radio, una chispa de curiosidad se enciende. ¿Quién o qué es esa voz en ella? ¿Cómo sabe mi nombre y mi agenda?  No debí comprar este auto tan sofisticado, un poco más y me va a gobernar. Entonces es que me percato de que el auto ha ido por otra ruta que no conozco. ¿Qué sucede? 

 Mi mente se llena de preguntas mientras continúo mi camino viendo que casi llego a mi destino antes de lo previsto. ¿Qué sucede hoy con este auto? Me vuelvo a preguntar,  mirando el tablero computarizado lleno de botones y luces que aún no sé para qué sirven. 
—Si no fuera porque eres eléctrico, y cuidas el medio ambiente,  te cambiaba por uno normal. —Digo apretando el botón de manual para retomar el control del timón.
—Ema, no estás en condiciones de conducir —me advierte la voz de mujer de nuevo. Y ya está entrando en mi empresa. —Hemos llegado a nuestro destino.
—Esta bien, parquea y veré que te revisen hoy, no me gusta que te mandes solo —digo molesta recogiendo todo.
—Batería al cien por ciento cargada, todos los sistemas funcionan correctamente, no necesito un servicio —contesta la misma voz.

—¡Esto es una locura, no quiero un auto parlante!  —Y me bajo dando un portazo y apretando  el botón de apagado.  

 Suspiro en lo que avanzo hacia la entrada de mi empresa. La imagen del hombre de mis sueños que encontrara en el mercado regresa a mi mente, haciendo que olvide todo lo demás. ¿Lo volveré a ver?

 

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP