144. EL PROMETIDO DE FIORELLA
Fiorella colgó el teléfono sintiendo alivio y culpa a la vez por haber metido a Salvatore en semejante situación. Se giró hacia Maximiliano, quien la miraba fijamente.
— ¿Con quién estabas hablando? ¿Con tu hermano? —preguntó celoso.
— Maximiliano, no tengo porqué darte explicaciones. Pero no, no era mi hermano, es mi novio.
Y salió disparada a sentarse a la mesa junto a Violeta, quien ahora la miraba con pena. Al menos, pensó que allí estaría un poco más segura, dándole tiempo a Salvatore para llegar.
— ¿Vamos a bailar, Fiore? Los chicos quieren bailar —la invitó Violeta.
— Espera un rato, Viole, me duelen los pies. He estado caminando todo el día —aunque lo utilizó como excusa, era la verdad.
— ¿Estás molesta, Fiore? —preguntó Violeta arrepentida de haberla puesto en esa situación. Ella la quería de verdad. —De verdad, no sabía que estabas comprometida. Si lo llego a saber, no hubiera aceptado invitarte, Fiore, créeme.
— No te preocupes, Viole. Mi novio no es celoso, pero realmente