Capítulo 23.
MÓNICA MORETTI
SI MAHOMA NO VA A LA MONTAÑA, LA MONTAÑA VA A MAHOMA
Mónica, después de recibir la encomienda y de ver alejarse al mensajero, dirige la mirada al sujeto que se encuentra frente a ella, esperando una respuesta de él.
—¡Y! —dije con indiferencia, esperando con fastidio que se decida a hablar.
—Hola, Mónica —saluda como si nada. Su mirada se dirige a mis ojos y a lo que tengo en la mano. Lo conozco, sé que lo mata la curiosidad.
—¿Podemos hablar? —pregunta con cautela.
—Ya lo estamos haciendo —respondí, rodando los ojos y sin ocultar la molestia de su presencia.
—¡Te pregunté! ¿Qué haces aquí? ¡Tú y yo no tenemos nada que hablar, Alejandro! —exclamé.
—Las cosas quedaron muy claras desde la última vez que nos vimos —le recordé.
—Lo sé, lo sé, Mónica, pero estuve reflexionando sobre todo lo que ocurrió y me siento arrepentido —dice. Su voz no refleja lo que realmente desea comunicar.
Busco sinceridad en sus palabras y en su rostro, pero no la encuentro.
—Solo q