XXVII
Desperté.
Estoy empapada en sudor y la cabeza me da vueltas, miro alrededor y veo como la psicóloga con una vestimenta diferente está sentada en frente.
— Bienvenida, Vittoria.— Dice colocándose en pie y tomando un vaso con agua para colocarlo entre mis manos— bebe un poco te hará bien.
Verónica, Erior, la hermana del ruso y Alan están dentro de la habitación. Consumo con cuidado el líquido y los detallo con la mirada, Erior tiene una escayola en su brazo izquierdo con raspones por el rostro y un ojo morado.