Capítulo 238. Un arma peligrosa.
Pandora Collins
Me asomé por la ventana.
El bosque se veía normal.
Las sombras eran sombras, no hombres escondidos.
Los árboles crujían por el viento, no por pasos.
Todo estaba en silencio.
Demasiado silencio y apenas estaba empezando a caer la tarde.
—¿Otra vez con cara de que algo va a pasar? —me preguntó Adrián acercándose por mi espalda.
Me giré apenas.
—No vayas a decir que soy pájaro de mal agüero, pero no puedo quitarme esta sensación y por eso creo que debemos de estar alertas. Después de todo ojos de loca no se equivoca.
Él dio un suspiro profundo sin decir nada.
—Mejor para que te sientas más tranquila, ¿Qué te parece si vamos a preparar algo para comer? —preguntó caminando hacia donde estaba la cocina.
—Me parece una buena idea. Así calmo mi ansiedad —respondí, mientras lo observaba revisando los armarios, buscando comida como si el mundo tuviera permiso de seguir normal.
A pesar de que solo pasábamos unos días. Él siempre notaba mis silencios, y aunque le gustaba bromear,