51. Herido

Rafael abre la puerta de golpe, mostrándose con un simple pantalón de chándal y desnudo de pecho. Está casi confundido como enervado. Azucena también abre los ojos, tomando su brazo y de la misma manera está mirando a Raúl.

—¡Patrones! —Raúl traga saliva apretando el sombrero—. La policía lo busca, patrón. ¡A usted!

—No, no —Azucena exclama con rapidez—. Debe haber una equivocación, ¿Por qué lo buscan?

—Me encargaré de esto. Espera aquí —Rafael la toma por la cintura, atrayéndola de nuevo a la habitación mientras Azucena balbucea—. Espera aquí. Cuando arregle esto vendré y hablaremos.

—¡¿Qué?! ¡No! —Azucena lo toma de los brazos—. ¿Qué puede estar haciendo la policía aquí? ¿Buscándote?

—Azucena, resolveré esto pero quédate aquí —Rafael repite. Su única preocupación es su esposa en medio de algo que no puede controlar. Prefiere mantenerla a raya—. Debe ser un malentendido. Quédate aquí. Raúl —Rafael llama con detenimiento tomando una camisa del armario y saliendo de la habitación—, qué
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App