39. Aclara mis dudas
—Sólo lo dije porque sé que antes de eso hubo una situación sospechosa…no estoy acusando a alguien —Azucena evita su mirada. Cualquier punto es mejor que mirar el rostro enervado de Rafael—. Tú mismo lo dijiste, todos los dijeron. Me hago una idea de que quizás eso sucedió. Es la impotencia que tengo —traga saliva. Y también toma fuerzas para averiguar lo que encuentra en los ojos de su esposo—. es lo que siento.
Rafael se queda callado. No está convencido. Indagar aún más y aún más arruinará esto, y siempre recibirá una negación.
—¿Por qué estoy sintiendo que mientes?
—¿Por qué estoy sintiendo lo mismo? —Azucena responde y ésta vez lo mira fijamente.
Rafael le suelta el rostro. Unas voces detrás de los dos llaman la atención. Azucena se toca la mejilla en un intento de olvidar, y de sonreír a Altagracia y a Gerardo junto a sus hijos. Rafael enfrenta la poca serenidad suspirando con profundidad antes de elegir hacer lo mismo que su mujer. Se mantiene sereno y recibe a sus sobrinos con