Capítulo XXVII: Quienes Me Defienden...
-Isaac – mientras está en el pecho del hombre
- ¿Qué pasa?
- ¿Cuándo llegará la resolución de anulación?
-Bueno ya la envié con el cardenal, ahora este debe enviarla a su santidad en Roma…
-Oh, entonces demorará…
-Un poco – girándose y quedando sobre Ana – pero, ahora todos sabrán que eres mi prometida, y empecé a correr el rumor que la estúpida de Cecilia me fue infiel…
-Con ese rumor…esa infeliz estará arruinada…
…
Y como dijera Isaac, el rumor empieza a correr por todo Madrid, llegando a los oídos de Alfonso, quien en el acto decide decirle a Cecilia lo que su aún esposo piensa de ella, y la joven queda en shock, porque no puede creer que Isaac se enseñara con ella de ese modo…
-Cecilia – viendo como la mujer seca sus ojitos con fuerza – ¿deseas que haga algo?
- ¿Qué podría hacer su majestad? Isaac y Ana ya arruinaron mi reputación…
-Deja eso en mis manos – acercándose para tomar la mano de Cecilia – eres la prometida del rey de España, es claro que no dejaré que nadie manche tu ho